La localidad francesa de Niza acoge este fin de semana el Campeonato del Mundo de Ironman 70.3. El sábado competirán las mujeres y el domingo será el turno de los hombres. Y allí, entre los mejores triatletas del mundo, encontraremos al salmantino Dani Gómez.

Después de clasificarse para las anteriores ediciones que tuvieron lugar en Chattanooga y Sudáfrica y no poder ir por la distancia y el trabajo, el triatleta salmantino se quitará la espina dentro de cuatro días con su debut en el Mundial de medio Ironman (ya estuvo el año pasado en Hawaii en la modalidad de distancia completa).

“Voy a disfrutar. A un campeonato de estos hay que ir a hacerlo lo mejor posible, dar la mejor versión de uno mismo y disfrutar de ello. Marcarse un objetivo es muy atrevido porque hay gente de mucho nivel, gente profesional o cuasiprofesional. Dar la mejor versión y disfrutar de la experiencia”, señala.

Afincado en Huelva, este salmantino logró su clasificación para Niza en la prueba de Marbella, cuyo circuito se asemeja bastante al que se encontrará el domingo: “El mar debería estar bien; la bici, durísima con mucho desnivel; y la carrera a pie de mar por el paseo marítimo. No me va muy bien porque no soy un bajador técnico, soy corpulento y me van mejor las llanas, pero tampoco es que sea motivo como para no hacer una prueba”.

Por delante tendrá 1,9 kilómetros de natación, 90 de bicicleta y 21,0975 de carrera a pie y, aunque reconoce que le gusta competir, de lo que más disfruta es del proceso de preparación. “Me gusta mucho entrenar, pero compito muy poco. Este año voy a competir en tres o cuatro pruebas y es de los que más hago. El año pasado solo hice 2 Ironman. Preparar cosas de estas lleva mucho tiempo y con la distancia Ironman, que me gusta más, la diferencia es muy grande. 20 horas semanales es seguro que entreno. Pero al final es el hecho de entrenar bien y no de las horas”, asegura.

Dani Gómez empezó a prepararse este tipo de pruebas hace cinco años. Por aquel entonces vivía en Canarias y acababa de dejar el baloncesto. Retomó la natación que había practicado de pequeño en Salamanca, empezó a hacer travesías y gracias a su vecino se compró una bicicleta para salir a pedalear. “Haber competido siempre te lleva a que a cualquier deporte que hagas le vas a buscar el lado competitivo, de soltarte un poco más. Ves que se va dando bien, que mejoras, acabas en puestos buenos y el gusanillo competitivo te lleva hasta aquí. Muchas veces te planteas si merece la pena, pero meterte en estos embolados es porque la merece”, explica.

Una cosa fue llevando a la otra y ahora ha llegado hasta el Campeonato del Mundo de Ironman 70.3, una prueba en la que estarán triatletas de la talla de Javier Gómez Noya o Alistair Brownlee, lo que da una dimensión del logro que ya ha cosechado este salmantino. Ahora solo queda disfrutar del domingo.