El Santa Marta de División de Honor acudía este sábado a Ganapanes con la intención de asaltar el fortín del Unión Adarve por primera vez desde su llegada en la 2017-18. Los tormesinos no habían logrado marcar ni puntuar y hoy han podido quitarse el sambenito de encima con el empate a uno cosechado.

Lo cierto es que el punto deja un poso de amargura en los jugadores rojiblancos después de cómo se desarrolló el partido. Pese a la superioridad del Adarve en la primera mitad, con un palo de Rubio incluido, los de Garci se entonaron en la segunda y llegaron a adelantarse en el marcador gracias a un tanto de Julio tras una presión colectiva en campo rival. Pudo sentenciar a renglón seguido en una contra clamorosa, pero no acertaron a resolverla con acierto. A partir del gol el choque se enfrió y el Santa Marta conseguía que, salvo los minutos, no pasara nada. Sin embargo, cuando el final comenzaba a visualizarse en el horizonte, Íñigo hizo la igualada con un tiro cruzado después de un desajuste defensivo de los visitantes.

Al final, un punto que regresa al Alfonso San Casto y el Santa Marta de División de Honor que se mantiene invicto tras las dos primeras jornadas. Ahora llega a la siguiente estación: el Burgos.

Garci: «Un campo con dimensiones diferentes a las nuestras con un césped regular. Fútbol muy directo por parte de los dos equipos, mucha segunda jugada, ellos en la primera parte metieron un ritmo muy alto, nos ha costado mucho, fueron muy superiores y tuvieron un palo. En la segunda parte corregimos alguna cosita, ellos también bajaron un poco el ritmo y fuimos capaces de ponernos por delante en una buena presión, robamos, finalizamos. A partir de ahí con el 0-1 el partido se tranquilizó, no hubo mucha ocasión, en los últimos 15-20 minutos el equipo nuestro bajó un poco el tono físico, ellos con los cambios apretaron mucho y al final en el 84 nos empataron a uno con una mala organización defensiva. Un punto agridulce que tenemos que hacerlo bueno contra el Burgos».