Alivio final: «Tardé en respirar, cuando pitó el árbitro todavía tenía problemas de respiración porque la parte final sufríamos con ese miedo a ganar. Pasar de perder a ganar es difícil. Incluso viéndote bien en el partido siempre tienes ese efecto inconscientemente. La verdad es que el primer tiempo se nos dio bien, cogimos buen camino con los dos goles, incluso atendiendo a nuestros registros pensamos que nuestra forma de ganar el partido era haciendo más goles. Con su gol quizás pudo aparecer ese efecto, ese miedo a ganar, pasas a sufrir y empezamos esa parte más delicada del partido».

Equipo rival exigente: «Dos factores, uno es ese, convives con eso. Pesa en el futbolista. Y luego estaban ellos, que son un equipo difícil, aquí lo demostraron. Ordenado, trabajado tácticamente, que te exige mucha precisión, mucha lectura, mucho acierto. Se mantenían con ese orden que te dificulta coger carrera en el partido».

Adiós a la mala suerte: «Dejamos atrás el mal fario que nos acompaña, pero aún así no estábamos confiados creyendo que iba a cambiar. Lo cambiamos nosotros. Al final sí conseguimos hacer los goles, pero incluso tuvimos dos mano a mano con el portero. No nos manteníamos con confianza en el partido. Incluso en el descanso con 2-0 tenías esa inquietud. Hacemos muchísimas cosas, pensamos que hacemos un trabajo tremendo para encontrar una victoria y luego se te escapa. Hoy hemos ganado y lo importante también está en que por lo menos quitas la losa de las derrotas. Si cada cuatro partidos ganamos uno, no nos llega para el objetivo».