El Santa Marta juvenil recibía al Móstoles URJC con la intención de poner fin a una mala racha de cuatro partidos sin ganar, en los que además solo sumó un punto. Y aunque la plaga de lesiones en la que se encuentra inmerso el equipo tormesino dificultaba la tarea, consiguieron un triunfo balsámico que permite coger aire con respecto al descenso.

La primera mitad, que acabó marcando el devenir del encuentro, fue una auténtica locura con cinco goles, una lesión y una tarjeta roja. Y en ese intercambio de golpes los charros no solo salieron vivos, sino que incluso consiguieron una ventaja que utilizaron para rematar a su rival tras el descanso.

El primer gol llegó cuando ni siquiera se habían disputado dos minutos. Julio robó un balón que el Móstoles intentaba sacar desde atrás, y acompañado por dos compañeros se plantó mano a mano con el portero, al que superó con un toque sutil. Sin embargo, la alegría del Santa Marta duró muy poco.

Prácticamente al momento de volver a poner el balón en juego desde el centro del campo, los madrileños lograron la igualada. Casi lo evitó Iker, con un paradón en el mano a mano con Riki, pero el rechazo favoreció al delantero visitante, que con una gran chilena superaba por arriba al guardameta tormesino.

El intercambio de golpes continuó, y el Santa Marta dispuso de una gran ocasión para adelantarse, con una falta sobre la frontal que Tomi disparó muy arriba. Pronto se desquitó el extremo charro, que según se cumplía el primer cuarto de hora se plantaba en el área con un autopase, y batía con un disparo tan potente como colocado a Nacho.

La historia volvió a repetirse, y aunque en esta ocasión tuvieron que esperar seis minutos, el Móstoles URJC volvió a igualar la contienda. En esta ocasión lo hizo a través de un disparo de Sergio desde fuera del área que sorprendió a Iker. De este modo, se llegaba al ecuador de la primera mitad con cuatro goles, uno más de los que se habían visto en los tres partidos previos de División de Honor disputados en el Alfonso San Casto.

La lesión de Sánchez, que fue sustituido por Pascasio, significó un duro golpe a la moral del Santa Marta, minada por las continuas lesiones que está sufriendo la plantilla. Sin embargo, la expulsión casi de manera instantánea del visitante Hinojosa, que en un minuto vio dos tarjetas amarillas, permitió al conjunto charro levantarse con rapidez.

Con uno más los pupilos de Garci crecieron, y se aproximaron al área rival, desde la que volearon Julio y Tomi. El primero remató fuera, y el segundo lo hizo sobre un zaguero madrileño, provocando un saque de esquina tras el que David disparaba por encima del larguero.

A falta de dos minutos para el descanso se mantenía el empate, el que más duró de todo el partido, pero al intermedio el Santa Marta llegó por delante en el marcador. Gil, a la salida de un córner, estuvo a punto de marcar con un buen golpeo desde la frontal, hasta que Nacho metió la mano en la misma escuadra. Enviaba a saque de esquina, y en esa jugada de estrategia Fran Gemio aparecía en el segundo palo para cabecear un balón que Iván introducía en su propia portería.

El entrenador del Móstoles URJC, que también tuvo que abandonar el campo antes de tiempo en las protestas por la expulsión de su jugador, aprovechó el paso por vestuarios para mover el banquillo. Y aunque durante veinte minutos no solo sobrevivieron, sino que a balón parado tuvieron opciones para volver a igualar el partido, acabaron desinflándose en el tramo final.

Una falta lejana de Tomi que se envenenó y se marchó rozando el larguero sirvió como aviso por parte del Santa Marta de lo que se avecinaba. Y la entrada de José A., que en veinte minutos hizo un doblete, significó la sentencia local.

El delantero falló la primera que tuvo, en un mano a mano con el portero, contra el que estrelló su disparo. Pero solo tres minutos más tarde, con un gran cabezazo a la salida de un córner, encarrilaba el encuentro para el conjunto tormesino.

De nuevo tras un saque de esquina, forzado por un disparo de Joe al que el guardameta del Móstoles URJC respondió con una buena mano, José A. pudo marcar. Tuvo que esperar un poco, pero a falta de cuatro minutos para el final selló su doblete, con un zurdazo desde la frontal que sellaba los problemas ofensivos del Santa Marta con una manita sanadora.