Las buenas sensaciones de Unionistas, que le permitieron volver a la senda de la victoria en Burgos, se mantuvieron en su regreso a Las Pistas, donde a punto estuvieron de imponerse al Valladolid B. Los pupilos de Jabi Luaces supieron sufrir de nuevo cuando tocaba y dispusieron de las ocasiones más claras, aunque esta vez la puntería no fue la misma.

El inicio de las dos mitades fue prácticamente calcado, con Unionistas a punto de adelantarse en el marcador. En la primera de ellas, con solo un minuto de juego, Carlos de la Nava se quedaba solo ante el portero, al que sorteaba con un golpeo suave, pero el balón se marchaba rozando el poste. Poco después era Góngora el que lo intentaba con un potente disparo directo en una falta lejana que blocó Samuel.

Y en el regreso de vestuarios los locales estuvieron de nuevo a punto de marcar, con una volea de Ribelles a los dos minutos que salió desviada por centímetros. Además, Góngora volvió a ser protagonista a través del balón parado, decidiendo en esta ocasión colgar el cuero. Este se paseó por el área sin que nadie rematara, pero tampoco fue despejado y bajo palos Samuel se vio obligado a enviarlo a córner.

Entre ambos arranques, o lo que es lo mismo, en cuarenta minutos de partido, no se produjeron casi ocasiones, y casi todas llegaron al filo del descanso. En el caso del Valladolid Promesas hubo que reseñar sendos tiros junto a la frontal, uno de Kike alto y otro en el que Góngora metió la cabeza cuando Brais aguardaba bajo palos. En cuanto a Unionistas una falta de Góngora la remató muy forzado Guille Andrés, mientras que Álvaro Romero no supo acabar un contragolpe, echándose encima de la defensa rival.

El conjunto charro se mostraba ligeramente por encima del filial vallisoletano, ganando por arriba prácticamente todos los envíos en largo. De este modo consiguió que en cincuenta minutos prácticamente no se notara que contaba con un centro del campo de circunstancias en el que Guille Andrés tuvo que ocupar el hueco que dejó Portilla. A cambio se cargó de tarjetas, preocupando sobre todo la de Javi Ribelles, el ancla del equipo en esa medular.

El Valladolid Promesas tardó, pero acabó encontrando el modo de explotar dicha situación, hasta que Jabi Luaces decidió introducir en el campo a Gallego. Ese tramo duró solo un cuarto de hora, pero se hizo eterno para Unionistas, ya que en su costado diestro su rival encontró una autopista hacia la portería de Brais. El mayor ejemplo fue una internada de Doncel, que finalizó con un golpeo desviado; poco antes su compañero Alende había cazado un balón muerto en el área, pero mandó el balón al mismo lugar.

Sobrevivió Unionistas a ese mal momento, vio luz al final del túnel y por muy poco no salió de él con ventaja en el marcador. Sin embargo, el cabezazo de Carlos de la Nava en el primer palo tras un buen centro de Javi Navas se estrelló en la madera antes de abandonar el terreno de juego.

Con el paso de los minutos el campo se inclinaba cada vez más hacia la portería del Valladolid B, situación que agravó la expulsión de Apa al ver dos amarillas en un minuto. La segunda de sus faltas permitió a Góngora disfrutar de un lanzamiento de falta que a punto estuvo de coger portería. No fue la última de Unionistas, pero todas acabaron con el mismo resultado, sin conseguir un gol que hubiera permitido sumar los tres puntos.

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