El debut de José Francisco Molina con la Selección Española es una de las anécdotas más curiosas en la historia del fútbol nacional. Aquel 24 de abril de 1996 frente a Noruega, el portero valenciano se estrenó con el equipo de Javier Clemente en una posición poco habitual para él: extremo izquierdo.

Pues bien, este fin de semana hemos tenido en el fútbol salmantino un caso muy parecido. En el partido entre el Peñaranda y el Hergar, el conjunto local se quedó sin jugadores de campo en el banquillo y Peque tuvo que tirar del único hombre que allí quedaba, el portero suplente Álvaro Ramos.

«Veníamos con algunas bajas por sanciones y lesiones, íbamos a ser 16 justos para disputar el derbi, pero un jugador enfermó y ya íbamos a ser 15, es decir, tres jugadores reservas y el portero. Antes del partido ya bromeamos algunos compañeros sobre la situación, ‘verás como juego de jugador’ le comenté a alguno. En el calentamiento también lo comentamos un poco de broma al principio entre Miguel Ángel (portero), Cristian (preparador) y yo», cuenta.

Y con la expulsión de Mario en la primera mitad mientras estaba en el banquillo, el panorama empezó a pintarse de morado para Ramos: «Ahí fue cuando Cristian me dio un toque en el hombro como diciendo te va a tocar jugar de jugador. Yo ahí ya estaba mentalizado de que podía darse la posibilidad. En el descanso me dieron la equipación morada para prevenir. El partido iba 2-2 cuando Peque me mandó calentar, marcamos el 3-2 y me llamó para cambiarme y jugar».

En el momento de salir a calentar reconoce que se puso un poco nervioso, pero posteriormente se concentró en el objetivo de ayudar al equipo para sumar los tres puntos. «Fue poco tiempo, sí, pero en el campo me sentí feliz, al final jugar al fútbol es lo que me gusta y sentí el apoyo de todo el mundo que estaba allí», confiesa.

El portero, que hasta el momento había disputado dos partidos en su posición natural, actuó como delantero e incluso tuvo una ocasión de gol. No obstante, asegura que en su etapa como juvenil ya había participado como jugador de campo en alguna oportunidad, pero hasta el pasado sábado no se había dado la atípica circunstancia de tener que hacerlo en una categoría como la Regional Aficionados.

Aunque Álvaro Ramos no había nacido aún cuando el ex guardameta de la Selección Española aparcó los guantes durante unos minutos, amigos y familiares se han encargado de recordarle la anécdota durante esta semana al Molina peñarandino.