En el día de la Lotería de Navidad, el Club Deportivo Guijuelo buscará su particular premio gordo en los Anexos de Zorrilla contra el filial del Real Valladolid, un botín de tres puntos que le permita volver a engancharse a la salvación, de la que actualmente le separan cuatro puntos.

Pero no tendrá enfrente al mejor rival posible, precisamente. El equipo de Javi Baraja llega completamente enrachado y acumula siete partidos consecutivos sin perder. Además, en su campo nadie ha podido vencer, por lo que la empresa se antoja complicada.

El Guijuelo viene de caer en el derbi ante Unionistas después de adelantarse en el marcador y de jugar la Copa del Rey entre semana frente al Marbella, donde perdió con un gol en el minuto 89 tras marcar también primero, un doble castigo moral para un equipo que sigue confiando en sus posibilidades, pero que va viendo cómo avanzan las jornadas sin salir del pozo.

«Lo tomamos como un duro aprendizaje para el futuro, cuesta mucho ponerse por delante en el marcador y que no seamos capaz de sumar más minutos con ese resultado, cuando además regalas al rival el que se meta en el partido, cambia completamente el panorama», asegura Ángel Sánchez, técnico de los chacineros.

El entrenador bejarano reconoce que su equipo está compitiendo todos los partidos, pero le falta un pequeño empujón para sacarlos adelante: «Somos un equipo que está vivo, así me lo hacen ver cada día los jugadores, es cierto que se está compitiendo, pero nos falta dar ese pasito. Lo más importante no solo es que compitamos en ciertas partes de los encuentros, sino que lo hagamos hasta el final para poder sumar».

Para el duelo del domingo a las 11:30 horas, el Guijuelo no podrá contar con Cristóbal Gil e Iván Pérez, que vieron la quinta amonestación el pasado fin de semana.