En un partido con numerosas alternativas, pese a la superioridad de Unionistas en el juego, se prolongó una semana más la excelente racha liguera del conjunto charro. Esta vez quien no pudo con los blanquinegros fue el Alavés B, y eso que se adelantó en el marcador.

El acoso salmantino comenzó pronto, ya que a partir del saque inicial surgió la primera ocasión del partido. En diez segundos a Unionistas le dio tiempo a tocar atrás para Góngora, cuyo golpeo en largo lo peinó Carlos de la Nava para que Óscar González estuviera a punto de volear. Un minuto más tarde era el lateral zurdo quien lo intentaba de falta, aunque sin coger portería.

Empezaba así su monólogo el conjunto charro, que prácticamente acalló durante toda la primera parte la voz rival. Aun así, fue el Alavés B quien se adelantó en el marcador en una acción aislada. Paulino, que ya había marcado en el partido de la primera vuelta, cazó un balón muerto dentro del área y lo convirtió en gol.

El silencio en la grada blanquinegra duró un abrir y cerrar de ojos. Al momento volvieron los cánticos a favor de Unionistas, cuyos jugadores respondieron sobre el césped. De hecho, solo un minuto después Matthieu ganaba línea de fondo, aunque fallaba en el pase de la muerte. El empate no se produjo a renglón seguido, hubo que esperar…pero acabó llegando antes del descanso.

Antes, los salmantinos asediaron la portería rival. Primero eran intentos tímidos, como un cabezazo de Zubiri a la salida de un córner, una internada de Matthieu en el área que finalizó con un disparo flojo a las manos de Aritz Castro, o un remate lejano de Gallego que se marchó muy arriba. Pero la claridad de las acciones charras aumentó con el paso de los minutos.

Góngora dispuso de dos faltas escoradas en las que no superó la barrera, mientras que Álvaro Romero calcó la cabalgada que tantas veces habrán visto los aficionados de Unionistas en los últimos días. Estas veces no estaba enfrente el Real Madrid, pero no finalizó del mismo modo y si remate raso lo salvó junto a la cepa del poste el guardameta del Alavés B.

En una combinación por banda derecha, el remate sobre la frontal de Óscar se marchó rozando el poste, mientras que en otra conducción de Álvaro Romero, el pequeño jugador blanquinegro forzó una peligrosa falta que él mismo golpeó alta. Finalmente, en un saque de esquina en el que menos peligro parecía haber, el envío de Góngora lo desvió un zaguero y provocó un barullo en el área. Con la testa, De la Nava fue el último en tocar y facilitaba la charla de Jabi Luaces al descanso.

Unionistas solo necesitaba seguir como en la primera mitad, sabedor de que de ese modo la victoria era la opción más factible. Y aunque recibió un gran susto al regreso de vestuarios, con un disparo cruzado dentro del área de Lupu que se marchó por poco. Aun así, el campo siguió inclinado hacia la portería visitante, en la que Aritz Castro salvó a los suyos con una mano en la escuadra a disparo de falta de Góngora.

Cumplida la hora de partido, la insistencia salmantina recibió su premio en un contragolpe a la salida de un córner en el que Matthieu se internó en el área alavesista, donde fue derribado. El guardameta adivinó la intención de Góngora, pero este remató pegado al poste e hizo inútil su estirada.

El susto regresó al cuerpo de Unionistas en una acción a balón parado que Perera finalizó por encima del larguero. Sabían los locales que tenían que aumentar su ventaja, algo que a punto estuvo de hacer Gallego tras una llegada al área de Álvaro Romero, pero se topó de nuevo con una buena mano de Aritz Castro.

La opción de matar el partido llegó de nuevo desde los once metros, al caer en boca de gol Romero. Góngora repetía lanzamiento por el mismo lado y esta vez engañaba al portero rival. Parecía quedar decidido el choque, pero nada más lejos de lo contrario, ya que sin tiempo para dormir el juego, un envío al área desde banda izquierda lo voleaba a la red Lupu. Por si no fuera suficiente, Unionistas se quedaba en inferioridad numérica en una mala salida de Mario, obligado a atrapar el cuero fuera del área y marcharse expulsado.

Por suerte Jabi Luaces todavía tenía un cambio y pudo entrar Brais Pereiro, que se enfrentaba a una falta muy peligrosa. Pablo Álvarez puso el balón junto a la misma cruceta, pero ahí apareció con reflejos felinos el portero gallego, manteniendo a los suyos por encima en el marcador.

Todavía hubo que sufrir nueve minutos más, sobre todo en una internada desde banda derecha de Paulino, que se sacó un zurdazo que se marchó besando la madera. Sin embargo, esta vez sí, los salmantinos mataron el partido en un contragolpe iniciado por Álvaro Romero. Dejó solo ante el portero a De la Nava y este cerraba el choque por debajo de las piernas de Aritz Castro.