Mientras la gran mayoría de la población lucha contra el coronavirus desde su casa, diferentes gremios se juegan su salud día tras días para combatir a este enemigo invisible e intentar devolver la normalidad cuanto antes a la sociedad.

Uno de ellos es el militar. El Regimiento de Especialidades de Ingenieros número 11 puso rumbo este fin de semana a Madrid para convertir el recinto de IFEMA en un hospital de campaña para atender a los pacientes y descongestionar en la medida de lo posible la saturación de los centros hospitalarios.

Uno de los desplazados hasta la capital del país es Julián Martín, entrenador del Confiterías Gil Ciudad de Salamanca, que ha cambiado su equipo de balonmano por el militar. El técnico del conjunto charro ha pasado de elaborar la estrategia para tratar de frenar al líder, el Balonmano Zamora, en el último partido de liga a formar parte de la cadena de trabajo que se ha volcado en la lucha contra la enfermedad.

Cabo primero especialista en electricidad, su labor consiste en «montar duchas y contenedores de aducción para el personal sanitario«. Cuando los miembros del REI 11 llegaron a IFEMA, el número de ingresados se situaba en torno a los 40, pero en apenas un día la cifra alcanzó «los dos centenares», según Martín. La previsión de la Comunidad de Madrid es que este jueves haya 1.300 pacientes.

«Cada dos por tres estás viendo ambulancias, desde fuera ves a los infectados y es bastante duro porque ves a gente muy mayor y gente joven también», confiesa.

Al entrenador del equipo de balonmano aún le quedan un par de días de duro trabajo en IFEMA, pero está sobradamente preparado para ello: «Los ánimos están bien, estamos trabajando mucho diariamente con muchas precauciones y anímicamente estamos bien«.