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Vuelta y vuelta cual hámster en la jaula

‘Lo que da de sí una tirada larga’

Juan Carlos Hernández | 22 abril, 2020

Reconozco que me está siendo difícil escribir solo sobre deporte, a mí que me gusta contar lo que he hecho durante la semana, las competiciones de la escuela de atletismo de los ‘findes’ o las pocas pruebas a las que últimamente podía ir. Porque hago ejercicio, pero no hay mucho que contar, más que las modalidades, duraciones e intensidades de las mismas. Sí que he llegado a una conclusión, por otra parte lógica, pero es ahora cuando he tenido tiempo suficiente para comprobarla, para progresar físicamente no hay nada como tener tiempo y descansar, justamente las dos premisas que en estos siete años y medio de práctica deportiva activa me han faltado.                       

Siempre que me preguntan por el tema digo que si alguna vez se me ocurre preparar una maratón, como máximo reto deportivo personal, será el día que me jubile porque tendré tiempo, descanso y mente para hacerlo. Y estoy comprobando que si alguna vez me lo planteo será entonces, antes es misión imposible.

Sigo levantándome a la misma hora, me gusta desayunar viendo amanecer y estos días de atrás era un espectáculo ver un mar de niebla del que no escapaba nada y en lo alto del cielo otro mar, esta vez de nubes en el que se reflejaba la luz del sol. A veces pienso que me podría llegar a acostumbrar a esta situación, a no hacer nada, pero al poco me doy cuenta que no, imposible.     

Corriendo he llegado hasta las dos horas. A ver, dos horas de un trabajo muy aeróbico porque es imposible coger velocidad en la terraza. Cuando veo la de enfrente, de mi vecino Agus, que es casi cuatro veces más larga que la mía, pienso que bien me vendría para correr, pero no me puedo quejar en absoluto porque hay quien esta situación la está viviendo en condiciones mucho peores, en todos los aspectos. 

No sé qué distancia he llegado a hacer, pero he ido subiendo el tiempo hasta llegar a lo que he tardado en todas las medias que he corrido y en las que he sido como un reloj. Daba igual que me hubiera preparado más o menos, que hiciera buena climatología o mala, 1:53 en todas, segundos arriba o abajo. Así que esa fue mi meta hasta hace unos días, pero como me vi bien, salvo una pequeña molestia en un tobillo, supongo que de tanta vuelta y eso que tengo un circuito en 8 para no correr siempre en el mismo sentido, en la siguiente sesión he llegado a las dos horas.

Ya os digo que es un ejercicio muy aeróbico, es decir, con las pulsaciones sin llegar al tramo alto y valiéndome del fondo adquirido tiempo atrás. Para darle un poco más de aliciente, cada 15 minutos hago ejercicios (skipping y step) y así subir la intensidad y que durante ese tiempo, tres minutos, pocos pero menos es nada, el trabajo se haga anaeróbico, con pulsaciones altas y gastando reservas. Por cierto, skipping es elevar las rodillas y step es subir y bajar una plataforma o peldaño.                                  

En la bici, las tres primeras semanas hacía sesiones de dos horas de rodillo, que no está mal para ser el aburrido rodillo, pero visto el cariz que toman los acontecimientos, vamos, que me doy cuenta de que he ido ganando algo de peso, decidí volver a utilizar el simulador aprovechando, además, que había encontrado el dispositivo para conectar el rodillo al ordenador después de tiempo sin saber dónde estaba. Total, que vuelta a poner los sensores en la bici y bajar el programa al nuevo ordenador, el anterior dio todo lo que podía dar, justo al empezar el confinamiento. 

Por cierto, suerte que las tiendas de informática no han cerrado y la importancia del comercio de proximidad. Bien asesorado en ‘El Rincón del PC’ por Jesús y Ramón, con confianza, recomendándome lo que realmente necesitaba, ayudándome a pasar archivos y hasta regalándome el pendrive que usaron para ello.

Y lo dicho, con el simulador, a sudar en la bici como cuando sales fuera, o casi. Creo que os lo conté en uno de los primeros artículos, el rodillo va cambiando solo la dureza con el perfil de la ruta que hayas elegido hacer y tanto es así que en las subidas terminas subiendo piñones, bajando plato y sudando la gota gorda. Lo ideal sería utilizarlo con un ventilador delante para que el sudor se vaya evaporando y no tengas la sensación de asfixia, pero a los globeros como yo, con la toalla para secarnos nos vale.

Hemos vivido un Lunes de Aguas distinto. Lo comencé compartiendo un pedazo de hornazo con los compañeros de trabajo del Ayuntamiento y por quinto año consecutivo Ana sigue sin poder disfrutar de un auténtico Lunes de Aguas en el campo, se le resiste. La ambientación ha estado en los balcones y terrazas y la música perfecta con la nueva versión de ‘20 de abril‘ de Celtas Cortos (https://www.youtube.com/watch?v=CDKGCDOzzBQ), con, entre otros muchos, los salmantinos Mayalde y sin olvidar los orígenes en Las Arribes del cantante Jesús Cifuentes. Los beneficios irán para Médicos sin Fronteras.

Y llega el Día del Libro. Ahora estoy aprovechando por las tardes para leer los que tengo atrasados. Me ha sorprendido muy gratamente el de una albense, ‘Asesinato en Miami‘ de María José Elices, novela negra policiaca que me ha tenido en vilo hasta el final, lo recomiendo.

Buena semana amig@s.

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