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Cuesta abajo y sin frenos

‘Lo que da de sí una tirada larga’

Juan Carlos Hernández | 9 junio, 2020

La semana pasada ha sido de las de antes, con muchas cosas que hacer y cogiendo ritmo en el trabajo después de un par de meses a medio gas. Y tanto ha sido así que hasta he tenido que aprovechar los paseos para adelantar trabajo. No me ha importado porque así Ana ha conocido algunos rincones de Alba, una visita turística informal en toda regla.

Y esta semana de momento va por el mismo camino porque hay que ponerse al día en todo lo que se ha ido quedando atrás. Los plazos administrativos han comenzado a contar de nuevo desde el día 1 de junio y todo lo que quedó paralizado en marzo tiene que salir ahora.

Tenemos por delante quince días (desde el lunes) en los que vamos a pasar de la fase 1 a la ‘nueva normalidad’, cuando en condiciones normales debería trascurrir un mes entero, como titulo el artículo, ‘cuesta abajo y sin frenos’. Tengo mis temores porque, aunque la mayoría lo están haciendo bien, hay quienes si ya antes pasaban de todo, no os quiero contar ahora cuando desaparecen casi todas las franjas horarias y podemos hacer vida medio normal. Los negacionistas se han venido arriba y por alguna extraña razón se creen con bula para todo y hay otra parte de la sociedad, los adolescentes y jóvenes, no todos pero muchos, que en cuanto han podido salir a la calle les ha dado también igual todo. 

El miércoles pasado, yendo en coche, nos cruzamos con un grupo de una docena de jóvenes que estaban juntos y fuera de su hora tan tranquilos. No pude menos que señalarles el reloj para que se dieran cuenta, cosa que me parece que les dio exactamente igual y vete tú a saber lo que pudieron decir. Pero ya no era que todos ellos estuvieran haciendo las cosas mal, es que pensé en que esos chavales habían salido de casa y no les habían dicho nada.

Que los chavales hagan cosas que no deben está mal, pero que los padres de todos ellos les hayan dejado salir de casa fuera del que hasta este lunes era su horario es algo que no termina de entrar en mi cabeza.

Lo pensaba antes del coronavirus, lo pienso durante y lo pensaré después, aquí falla algo en la educación que se les está dando a algunos jóvenes, por supuesto y por suerte no a todos. Se ha pasado de estar nuestras generaciones metidas en un puño a ahora poder hacer lo que les da la gana, cuando creo que debería ser un punto intermedio y esa es una labor que tienen que hacer los padres. Con estas mimbres no me extrañan las cosas que me cuentan de los colegios y los comportamientos de algunos con los profesores, y no solo de los alumnos, sino también de los padres. En mis tiempos (¡qué mayor me estoy haciendo!), si hacías alguna fuera de casa ya procurabas que no volviera a pasar y sobre todo que no se enteraran tus padres porque el castigo era doble, el del colegio o la reprimenda del adulto de turno y el que te caía en casa como llegara a oídos de tus padres tu comportamiento. Ahora… Ahora en algunos casos, y los he vivido, te puedes llevar la contestación del chaval y la de los padres después. La educación y las normas de comportamiento comienzan en casa y si no es así, mal va la cosa

Para no acabar esta perorata pareciendo más pesimista de lo que en realidad soy en este tema, también quiero decir que hay muchos que lo hacen bien y conozco a muchos padres que me dicen que si tengo que reñir a sus hijos por algo, que lo haga con total confianza y que se lo comunique para que ellos reprueben su comportamiento.

Se ha dicho mucho que de esta situación que estamos viviendo va a suponer un cambio y que vamos a salir mejores. Mi opinión es que no, que vamos a seguir cada uno como somos.

Se supone que este es un artículo para hablar de actividades deportivas, así que vamos a tratar de, por lo menos, acabarlo hablando del tema. Odio mayo y junio cuando salgo a correr porque con la alergia a partir de los 35-40 minutos lo paso fatal y, como estos días, me toca parar unos segundos a recuperar la respiración normal. Esta temporada tenía la impresión de que por alguna razón no me iba a suceder, pero sí, ya van dos semanas.

El sábado estrené la luz trasera de la bici, ahora sí que se me tiene que ver bien. Hice el mismo recorrido pero cambiando la primera parte, yendo por Anaya de Alba y enlazando en Santa Inés. Así se hace un poco más largo y un poco más duro en ese primer tramo, pero me fue fallando el cuentakilómetros durante el recorrido y no sé la distancia final que hice. Durante el recorrido lo único que miro es la hora, bueno, miento, en las bajadas siempre tengo curiosidad por saber la velocidad máxima y cuando lo veo casi sería mejor no haberlo hecho, también cuesta abajo y sin frenos. Qué colorido le han dado este año a las alpacas, al pasar por Martín-Pérez parecía que se estaba jugando una partida de damas gigantes (foto).

Desde esta semana, salvo de 10:00 a 12:00 y de 19:00 a 20:00 horas ya no tenemos franjas horarias, qué alivio porque se acabaron los madrugones de los lunes para hacer la tirada larga.

Buena semana, amig@s.

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