Comienza la temporada de río
‘Lo que da de sí una tirada larga’

Desde el anterior artículo ha habido varias novedades que son dignas de resaltar y que han hecho que mi actividad deportiva haya cambiado bastante en estos días. El miércoles tenía que haber bajado a nadar al río, llevaba con la idea varias semanas y me había dicho a mí mismo que ya no lo dejaría pasar más. Pero el día estaba nublado, llovió y todavía había posibilidad de tormenta, así que hubo que abortar el plan y lo único que hicimos fue dar el paseo acostumbrado que además fue muy agradable debido al fresquito que hacía.
Bueno, hay que ser sincero, la verdad es que para no bajar también influyó la pereza que me dio, puesto que en realidad en el agua poco importa la temperatura que haga fuera. Mentalizarse para bajar a nadar al río en Alba cuesta, aun haciéndolo con neopreno, porque os puedo asegurar que la temperatura del agua pocas veces sube de los 14 grados.
He preguntado varias veces a los que pueden entender y la respuesta que me dan siempre es la misma, el agua que llega aquí es la que sale de la parte baja del pantano y por eso tiene esa temperatura tan ‘agradable’. En verano siempre nado en el río porque, a pesar de del frío, lo prefiero a la piscina para poder hacer nado continuo, pero además este verano no va a quedar más remedio porque la decisión de no abrir la piscina no deja otra opción, aunque he de decir que en mi opinión ha sido una decisión acertada y que se debía de tomar, por dura que fuera, por motivos sanitarios y de precaución.
Al día siguiente sí o sí, así que cambié la tirada corta de carrera por el río y para allá que fuimos. El sitio elegido para nadar siempre es la isla de Garcilaso porque hay profundidad suficiente en un recorrido largo y además a la salida te secas y puedes tomarte una caña tranquilamente, aunque en esta ocasión el bar no estaba abierto todavía.
Ana se quedó esperándome en la orilla y yo, al agua. Un poco de tiempo para adaptarme a la temperatura, pero que dio igual porque en el momento en que comencé a nadar tuve la sensación, invariable en el río, de que se te corta la respiración y te vas a tener que parar. De todas formas al par de minutos vas entrando en calor y comienzas a nadar cómodamente, menos mal. Como hacía cuatro meses que no nadaba, mi intención era hacer media hora, un par de vueltas al que suele ser el recorrido en el triatlón, aunque alargando la primera hasta más abajo.
Acabé con muy buenas sensaciones, podría haber estado más, pero no quise abusar de la primera jornada acuática y ya la próxima ocasión haré mis habituales 45 minutos de nado continuo. Por cierto, por supuesto que no me olvidé de la boya, que desde el año pasado es un complemento imprescindible cuando nado tanto en el río como en el mar, la seguridad ante todo.
De allí nos fuimos directos a Salamanca para felicitar a mi madre en su 84 cumpleaños y celebrarlo, aunque fuera de manera muy tranquila, en una terraza de la zona del parque Picasso, que es donde vive y que por cierto estaba a tope y hubo que esperar un poco a que hubiera una mesa libre. Una zona donde te sueles encontrar con muchos aficionados al triatlón, pues no en vano el bar Devinos patrocina al Triatlón Salamanca, qué buena labor la de Pedro con el deporte.

Y el sábado, otra novedad. También por primera vez desde marzo salí en grupo con la bici de montaña, que por cierto llevaba unas semanas sin tocar. Una buena ruta por caminos hasta El Tomillar, desde donde You se volvió por la carretera porque tenía que estar pronto en casa, y de allí a Galinduste y regreso a Alba para llegar al ganado avituallamiento final.
Salimos siete y he de decir que pasamos una muy buena mañana de risas y además terminamos haciendo casi 60 kilómetros en tres horas y media y sin parar, excepto para hacer la foto de rigor en la fuente de Galinduste.
Bonita ruta por caminos que hacía mucho tiempo que no recorría, con una dureza y kilometraje más que aceptable y con el aliciente de una temperatura que será difícil que se repita en las salidas que nos restan este verano, puesto que la mañana amaneció fresquita y con el sol nublado hasta casi el final.

Reconozco que noté en los cuádriceps ese tiempo y esa dureza de más, pero ya he recuperado el nivel que tenía antes. Lo mejor de todo ha sido haber hecho de nuevo la salida en grupo y la buena mañana que pasamos.
Ayer lunes salí a correr a mediodía y reconozco que fue un ‘craso error’, como diría Fernando García, con quien tengo muy buena relación de los cursos deportivos de la Diputación. El calor, horrible y acabé fatal. Hacía más calor de lo que pensaba. A partir de ahora hay que aprovechar las primeras horas del día o las últimas porque en otro momento es imposible.
Así que entre la natación, la salida en grupo y el cumpleaños de mi madre he salido de la monotonía y sobre todo he ido recobrando poco a poco la normalidad. Esta semana espero que también haya otras novedades que ya os contaré en el próximo artículo y así iremos pasando este verano, que por muchos motivos va a ser muy distinto a los anteriores. También he podido salir, desde la semana pasada, de la monotonía de las fotos en las que solo aparecían paisajes y retomar las grupales, que son las que me gustan realmente.
Buena semana, [email protected]
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