El pasado verano un futbolista de cada uno de los equipos salmantinos que militaban en Segunda B dieron el salto a la Liga de Fútbol Profesional. En el plano colectivo la temporada no les ha sonreído y todos ellos se jugaron ayer permanecer en la categoría de plata. Lo hicieron además rodeados de una situación rocambolesca, al suspenderse el partido del Deportivo de la Coruña tras dar positivo por coronavirus varios efectivos del Fuenlabrada.

El único que consiguió la salvación fue Manu Fuster, que ha acabado con nota su primera campaña en la Segunda División, después de haber anotado 4 goles. En total ha acumulado 1.617 minutos, repartidos en 31 partidos, pese a que tuvo que esperar a la sexta jornada para debutar.

El jugador valenciano ha formado parte del Albacete, que tuvo que abonar una importante suma de dinero para poner fin a su etapa de dos temporadas en el Guijuelo. En el club manchego Fuster ha coincidido además con los dos únicos salmantinos en una categoría profesional, Barri y Caballo.

Peor suerte han corrido los otros dos jugadores fichados desde equipos charros, ambos enrolados en las filas del Numancia, que por muchos minutos soñó con la salvación pero acabó descendiendo pese a su victoria en la última jornada. El cuadro soriano podría visitar de este modo la provincia el próximo curso.

Uno de sus jugadores más destacados ha sido Iván Calero, que ha demostrado con creces que tiene calidad para competir en Segunda División. El madrileño, que llegó procedente del Salamanca CF UDS, se ganó la confianza del entrenador Luismi Carrió casi desde el principio y ha acabado el curso con 3.141 minutos, en los que ha marcado 2 goles.

Algo más le costó a Admonio hacerse un hueco, ya que problemas físicos le impidieron debutar hasta después del confinamiento. Aun así, el central africano, por el que Unionistas recibió en torno a 30.000 euros, ha puesto fin a la temporada con un total de 590 minutos.