Primera semana de entrenamientos. Las estoy viendo bien. En algún caso sí que se nota más carencias, sobre todo con las más jóvenes, que han tenido menos oportunidad de entrenar. Pero creo que va a ser a corto plazo. Además, el tema de la ilusión, el poder volver a entrenar y coger un balón, equilibra muchas cosas. Es verdad que no deja de ser extraño estar con la mascarilla y ciertas situaciones a las que nos tenemos que acostumbrar.

Pretemporada atípica. Es un rompecabezas. Creo que hay que tener mucha comunicación con el cuerpo técnico, no decidir yo solo, porque hay muchas decisiones que tenemos que tomar de cómo hacemos las cosas muy bien planificadas y pensadas. Hay que pensar en las jugadoras, intentar ayudarlas para que las cosas vayan progresivamente y bien. Me preocupa mucho que haya problemas físicos, porque ahora mismo somos un equipo al que nos faltan muchos miembros, y me gustaría que tuviésemos esa progresión del trabajo, pero sin enlazar ningún problema o con los mínimos problemas. Y con todo eso, montar ese rompecabezas. Es verdad que cada semana queremos subir un poco la intensidad y bajar el volumen, pero habrá semanas que serán duras en cuanto a intensidad y en cuanto a volumen. Esas seis semanas antes de la Supercopa hay que intentar hacer el mejor trabajo y tiene que ser cada día. No es fácil, pero no va a ser fácil para nadie.

Estilo de juego. Me gustaría que fuese un equipo que fuese agradable de ver, que jugase mucho utilizando toda la pista y que no perdiese nada de lo que ha caracterizado a Avenida no solo los últimos años con Miguel (Ángel Ortega), sino en muchas partes de su historia. Ser intenso, peleón, con lucha, con cosas que aquí se tienen muy en cuenta, que son parte de la filosofía, de la forma de ser del equipo y del público que viene. Todo eso me gustaría no perderlo e incluso darle una chispita más.

Cuatro jugadoras profesionales. Tenemos que intentar ser positivos. Venimos de un momento muy difícil, aun estamos atravesándolo, y tenemos que ser ejemplo para todo el mundo. Somos privilegiados y privilegiadas de estar aquí, hay que verlo desde ese punto de vista. No hay que pensar en las que faltan, sino en las que están. Hay que pensar cómo podemos ayudar cada día a las jugadoras, intentar hacer el mejor trabajo posible cada día. Si tenemos doble, cada mañana y luego por la tarde. Y con sentido común, porque las que están van a llevar un peso importante de pretemporada, pero tampoco tiene que ser un castigo para ellas. Tienen que tener esa sensación de alegrarse por llegar pronto, porque progresen bien y se encuentren mejor. Creo que va a ser una ventaja haber llegado ahora, en vez del 11 o a final de mes como otras jugadoras, porque por una razón u otra va a pasar.

La ciudad. Adaptándome. Es un poco como cuando vas a cada ciudad, pero es verdad que no es esas sensaciones que he tenido en Rusia, en Turquía o en Hungría, donde a veces tienes hasta problemas con el idioma. Aquí es evidentemente todo mucho más fácil, más agradable. Hasta los pequeños detalles de irme a tomar un café con leche y una tostada, como me gusta a mí, que otros años no lo he podido hacer o lo tuve que hacer en casa. Me gusta mucho la ciudad y estoy muy contento aquí, como en el club. Es un club muy familiar, se me está haciendo todo fácil. No hay mucha gente, pero la gente que está se multiplica y hace las cosas muy bien.