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La vida es, o debería ser, como una novela de aventuras

‘Lo que da de sí una tirada larga’

Juan Carlos Hernández | 11 agosto, 2020

El martes pasado, cuando se publicó el último artículo, me tomé la tarde de descanso. Había previsto bajar a nadar, pero no tenía muchas ganas y lo achaqué a que las mañanas estaban siendo completitas en el trabajo y que, aunque parezca que no, se notaba que había donado sangre el día antes y el cuerpo tarda un poco en recuperar. Una vez me contaba Carmina que Dimas, su marido, este sí que es un gran atleta en toda la acepción de la palabra, cuando dona sangre lo nota durante unos días a la hora de hacer deporte. Claro que lo que hace Dimas es bastante más que lo que hacemos los simples ´desgasta suelas´.

Así que el miércoles a mediodía salí a correr media hora. Sí, con calor, pero no quería dejarlo pasar más porque se me iba a juntar con el fin de semana. Y tanto no quise dejarlo para más adelante que por la tarde bajé al río a nadar mis 45 minutos. No hay manera, la temperatura del agua no sube. Menos mal que hay una zona con menos corriente y se nota mejor la temperatura. Eso sí, los 5 primeros minutos no te los quita nadie ni aunque hayas estado un rato acostumbrándote, haciendo unas pocas inmersiones. Al acabar una cervecita, o mejor dicho dos, porque estaban Pepi y Jose con sus hermanos y amigos, y Esther me invitó a tomar otra jarrita de cerveza fresquita y a ver quién dice que no, así sí.

Ya el resto de la actividad se desarrolló dentro de lo normal, así que el sábado quedada de bici en la que nos volvimos a juntar una buena grupeta. El recorrido por caminos hacia Cuatro Calzadas con parada para ver el toro que aparece en la foto y que os puedo asegurar que a corta distancia daba un poco de respeto. Después a Morille con una pequeña visita turística por el pueblo, cosa que merece la pena porque está muy bien cuidado y tiene detalles para ver por todo el casco urbano. Lo cierto es que los caminantes que hagan el camino de Santiago, del cual es paso, se tienen que quedar sorprendidos. Precisamente seguimos por el camino de Santiago durante un tramo hasta Mozárbez, de allí a La Maza y vuelta hacia Alba por la vía verde, que por cierto estaban desbrozando en algunos tramos, cosa que hacía falta porque la vegetación estaba cerrando el paso. Me pareció que uno de los desbrozadores era Santi Domínguez. Me gustó la ruta en general, pero más el tramo por el que llegamos a Mozárbez y enlazamos con la vía verde porque parece mentira que a estas alturas haya caminos por los que todavía no haya pasado. La ruta, de tres horas, tuvo un recorrido de aproximadamente 50 kilómetros y una dureza aceptable, así que a la llegada el avituallamiento nos vino muy bien y más con el calor que habíamos pasado la última hora. En mi caso llevaba el bote grande, de 1 litro, y llegué con él ya acabándose. De todas formas he de decir que en Morille hubo quien repuso líquido en la fuente y es buena idea plantear las rutas de verano por sitios donde sabemos que hay fuentes. Truco, la noche antes meter medio bote de agua en el congelador y llenarlo del todo antes de salir, agua fresquita toda la ruta, o por lo menos hasta que se acabe…

Y mi focus mtb se retira un par de semanas para revisión a fondo. Toca cambio de cadena, roldanas, cazoletas, conos y bujes de ruedas, centrar las llantas y lo que salga extra, pero es que es normal con los kilómetros y sobre todo por las palizas que las metemos sin miramiento ninguno con el agua, el barro o las piedras.

El domingo sí que hubo cambios y es que después de haber salido los dos últimos en grupo, este no ha sido posible y he tenido que volver a correr solo, ahora que le estaba cogiendo el gusto a hacerlo en compañía. De todas formas casi mejor porque nada más salir noté que no iba bien y hubiera sido mala compañía, en cuanto subía el desnivel se me desbocaban las pulsaciones y la respiración y es que llevo unos días con la alergia desatada. Así que de nuevo en solitario, que en realidad no me importa, aunque he de reconocer que de la otra manera es más entretenido y se esfuerza uno más. Salí con el ´fresco´ de la mañana y por un recorrido que no hacía desde hace mucho tiempo, hasta Aldeaseca por carretera y vuelta por el camino de Matarrala, con un poco de todo, tierra, asfalto y por supuesto cuestas en alguna de las cuales me toco parar para recuperar la respiración y poder seguir corriendo. En algún momento llegué a pensar que tendría que acabar dando un paseo, pero hubo suerte y llegue corriendo hasta Alba, más que nada porque los últimos kilómetros eran en descenso, que si no…

Ese mismo día, ya es una costumbre, fui a dar un paseo y tomar un café con mi madre a Salamanca. La de ciclistas que me encontré al llegar a la capital, saltándose muchos las normas de circulación en los semáforos, rotondas, etc., ¡los odio!

Y para acabar os dejo el último párrafo del libro que he leído esta semana y con el que estoy totalmente de acuerdo, ´El enigma de la habitación 622´ de Joël Dicker. “La vida es una novela que ya sabemos cómo termina: al final el protagonista muere. Así que lo más importante no es cómo acaba nuestra historia, sino cómo vamos a llenar las páginas. Pues la vida, igual que una novela, tiene que ser una aventura”

Buena semana amig@s.

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