Y llegó septiembre, mes de cambios, de estación, de vacaciones, todavía no, de organizar nuevos proyectos o, mejor dicho, de continuar con los que quedaron parados en marzo y siempre dependiendo de la situación que vayamos viviendo en cada momento, que esa es otra. Pero hay que empezar, con seguridad, por supuesto, pero hay que empezar porque no nos podemos permitir seguir parados y sin expectativas y si después hay que echar el freno, pues lo haremos.

Resulta que en las terrazas o en otros sitios sí que puede juntarse la gente, y ya no te digo lo de la mascarilla, que parece que en esa situación de las terrazas el virus no contagia porque está entretenido tomándose una caña o un café y le da igual que estén ocho que ochenta juntos en una mesa o espalda con espalda con los de la mesa de al lado.

Es lo mismo que lo de los niños jugando juntos o celebrando cumpleaños y después el grito en el cielo porque tienen que volver a clase. Me gustaría ver qué hacen esos niños al salir de la escuela. Dentro, los maestros volviéndose ‘locos’ para guardar las distancias, y a la salida se irán los niños juntos a jugar. 

Por supuesto que no hablo de todos porque hay quien se ha tomado muy en serio esto y se ha sentado en una terraza solo si veía que podía hacerlo, y quien ha tenido cuidado de que sus hijos mantuvieran las distancias con otros niños. Y ahora que me he desahogado un poco por todo lo que se ve y porque algunos de los que ahora protestan por los niños juntos en clase son los mismos que no han respetado las normas durante todo el verano, vamos a hablar de las actividades deportivas, que esta vez se han salido un poco de lo normal y han dado de sí un fin de semana muy entretenido.

Lo primero, no hubo último nado en el río. Por lo que os dije la semana pasada, que si no se permite el baño no quería yo malos entendidos ni tener que dar explicaciones si me veían nadar, y sobre todo, porque para una sesión de nado que me quedaba en el río ya la recuperaré de más en el mar cuando esté de vacaciones o en la piscina llegado el momento, que está muy frío y me daba pereza.

Lo de la piscina en invierno va a ser otra, veremos qué sucede, pero si se abre la que frecuento tengo casi toda la temporada pagada porque acababa de renovar un bono cuando se cerró y había cogido el de más baños porque se podían usar de una temporada para otra.

El sábado, ruta BTT de Hervás a Béjar y volver por la vía verde. ¡Qué preciosidad! Lo propusieron la tarde antes y por supuesto que me uní porque llevaba tiempo queriéndola hacer. Mascarilla en los vehículos y antes de comenzar, lo mismo que al finalizar, y durante la ruta guardando la distancia, que no crea nadie que saliendo en grupo vamos a lo loco y sin precaución. Lo dicho, digna de ver la ruta por el entorno y por la animación, ya que cada poco te cruzabas con gente en bici, paseando o corriendo. Muchas familias con los niños y de ellas me llamó la atención la que llevaba a la niña en el carrito de la bici, y ellos encantados de que les sacara la foto, siento que se me olvidara preguntarles los nombres. 

Además, el aliciente de los túneles y los puentes. Hasta pasar Béjar hay tres túneles, dos de ellos iluminados, y es curiosa la novedad de la sensación al pedalear por ellos. También hay zonas para parar y tomar algo, fuentes para reponer agua y los accesos a la vía verde están muy bien preparados en todas las localidades por las que se pasa, hasta hay posibilidad para alquilar bicis, normales o eléctricas. Así que pasamos una mañana estupenda con un refrigerio en la terraza de la estación de Hervás al acabar. En otra ocasión habrá que hacer la ruta hacia abajo, hasta Casas del Monte, que seguro que también es bonita.

Domingo. Tenía pensado salir solo a correr, pero por la noche me mandaron un mensaje para salir en grupo, así que en el fin de semana las actividades han sufrido cambios sobre la marcha. Como tenemos la lección bien aprendida, con mascarilla hasta comenzar, guardando las distancias en el recorrido, procurando evitar los ‘rebufos’ y de nuevo la mascarilla en cuanto dejas de correr y paras a estirar. Salí en grupo porque me gusta y se hace más ameno, aunque antes de comenzar ya les avisé de que en cualquier momento podía ‘petar’, que a mí el correr el día después de bici no se me da bien. Pero salvo un par de veces que tuve que andar unos segundos para bajar las pulsaciones, en quince o veinte segundos me bajan del umbral anaeróbico que me produce a veces la alergia, por lo demás bien. De todas formas fue un recorrido de los buenos, casi 7 kilómetros para arriba de un total de 13, lo que no está nada mal.

Así que el fin de semana ha estado completo y entretenido en cuanto a actividades deportivas. Vamos a ver qué depara el próximo porque el nivel va siendo difícil de superar.

Buena semana, amig@s.