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Vuelta a casa

‘Lo que da de sí una tirada larga’

Juan Carlos Hernández | 22 septiembre, 2020

Este domingo dimos por finalizadas las vacaciones gaditanas. Todavía me quedan unos días, pero los pasaremos por aquí, que también nos apetece disfrutar de Salamanca sin la presión del trabajo. Eso sí, Cádiz nos despidió con un minitemporal el fin de semana que hasta se llevó por delante algunas de las boyas de la playa en la que nado, Santa María. 

Por llevarse se llevó hasta la roja, la más grande, que es la que señala el lado izquierdo, babor, del canal que está habilitado para la entrada de embarcaciones autorizadas como es el caso de la lancha de los socorristas. El lado derecho, estribor, se señala por su parte con una boya verde. Estas mismas señalizaciones de luces de colores son las que llevan las embarcaciones para saber con poca visibilidad o de noche qué dirección llevan.

Y fue emprender el viaje de vuelta y bastantes kilómetros los hicimos con niebla y más tarde con lluvia. El otoño, por fin, llama a las puertas. Dentro de unos días echaremos de menos el verano, pero de momento se agradece esta bajada de temperatura porque desde mayo ha calentado, quitando unas cuantas madrugadas, con ganas, como no hacía desde hace unos años.

Pero antes de coger el coche todavía me dio tiempo a salir prontito a correr un rato por el paseo marítimo y así despedirme de mi circuito de carrera hasta una próxima ocasión. Debía haber salido el sábado, pero por la mañana no tenía muchas ganas y por la noche y después de una comida familiar, al aire libre por supuesto, en Sancti Petri, lo que no tenía era cuerpo.

Y el lunes tenía tarea prevista. El próximo domingo los compañeros del club ciclista tienen programada una ruta especial de casi 100 kilómetros por caminos, ya os contaré en el siguiente artículo, y aunque todavía no sé si podré acompañarles por cuestiones laborales, quería hacer un rodaje largo para estar más o menos preparado.

Además, tenía que probar la bici porque en estas vacaciones me han cambiado la piñonera (cassette) y los cables y fundas de los cambios para dejarla totalmente revisada y lista para nuevas aventuras durante un tiempo. Así que a madrugar, salir a la terraza para ver qué equipación llevaría puesto que la previsión meteorológica era de fresquito. De corto y con una térmica de manga larga debajo que no me sobró en toda la ruta y en cuanto se hizo de día, a pedalear.

Pero mira tú por dónde, a un kilómetro y medio de Alba y sin motivo aparente se me partió la cadena. La primera vez en ocho años que me pasa y, de hecho, en todo este tiempo solo había visto una cadena partida y fue en una quedada de Sotoserrano en la que ayudamos a un participante al que encontramos intentando arreglarla.

Como estaba al lado de casa y además la vuelta era cuesta abajo, la cadena al bolsillo y media vuelta, que con la inercia no tuve que andar más de 200 metros para llegar. Allí, con calma, retiré el eslabón roto y puse uno rápido que sirve para solucionar estas situaciones de forma provisional, pero que no os digo yo que no se quede ya fijo en la cadena hasta que la vuelva a cambiar.

Revisé a fondo todo, cadena, cambios, roldanas, patilla del cambio, etc., por si hubiera algún problema que hubiera causado la rotura, pero lo cierto es que no encontré nada raro y de hecho después ha ido todo fenomenal. De esas veces que no encuentras el motivo, pero al fin y al cabo, solucionado y listo.

Quería haber salido cuatro horas y además andaba justito de tiempo porque habíamos quedado en acercarnos a Salamanca para ver a la familia y después hacer compra, porque el frigorífico y la despensa estaban ‘tiritando’ después de los meses de ausencia de Ana y mis vacaciones. Con la incidencia el recorrido se quedó en poco más de tres horas y cuarto y no pude hacer más que 75 kilómetros y por asfalto, en vez de los 90 que pretendía. Ya no tengo tiempo para otra tirada larga, así que si al final pudiera ir a la ruta habrá que sudar un poco más de lo que pensaba, es lo que hay.

Estos días, aunque esté de vacaciones, ando también enfrascado en el tema de la escuela de atletismo y ultimando detalles para cumplir con la normativa COVID-19. Desde la Diputación nos han indicado que las competiciones de Juegos Escolares, en principio, comenzarán en enero y también están llevando a cabo la realización de una serie de protocolos sobre los mismos. Lo que tenemos de momento es un borrador y espero que en próximas fechas nos manden los definitivos.

Tengo a los padres pendientes de todo y esperando que les dé noticias esta semana, puesto que la idea es poder comenzar los entrenamientos en octubre, que ya está ahí. ¡Cómo pasan los días… y las semanas, los meses y los años!

Buena semana, amig@s.

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