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Y llegó el monte y las cuestas con la bici

‘Lo que da de sí una tirada larga’

Juan Carlos Hernández | 6 octubre, 2020

Es lunes y como, no sé sí por suerte o no, no necesito que suene el despertador porque me despierto bastante antes, después de desayunar me pongo a escribir el artículo o por lo menos a dejarlo ‘hilvanado’ y a la tarde darle el último toque y enviárselo a Adrián para que lo publique el martes a media mañana.

Pasar de publicarlos de la desaparecida ‘Bicirun‘ a ‘Saldeporte’ no supuso ningún cambio en el proceso de escritura, envío y publicación y seguí con la misma rutina. Los comienzo a escribir normalmente el domingo por la tarde, los remato el lunes a mediodía y un último vistazo, que a veces se escapa alguna errata o falta de ortografía, antes de enviarlo.     

Pero esta era la norma hasta marzo, después con tanto tiempo libre ya que los domingos no hay competiciones, mías o de la escuela de atletismo, y los lunes por la tarde no hay entrenamientos de la escuela de atletismo ni ninguna actividad más, ha habido semanas en que no lo he escrito hasta el mismo lunes, un rato antes de tener que enviarlo, o incluso lo he ido dejando tanto que he tenido que avisar que iba con retraso. No termino de centrarme por las tardes porque me falta la escuela de atletismo y las sesiones de gimnasia que daba en los pueblos con el programa ‘Depende de ti’ a través de la Diputación, y las dos actividades parece que van a tardar en retomarse.

En el caso de la gimnasia en los pueblos lo veo lógico porque se lleva a cabo en espacios cerrados, pequeños y para una población de riesgo, así que en lo que las condiciones no cambien un poco me temo que habrá que esperar. A algún grupo que me preguntó les propuse hacer algo al aire libre, pero entiendo que tienen un poco de miedo con este tema y prefieren esperar.

Las consecuencias que la pandemia va a tener en los mayores, desde el punto de vista funcional, y ya no digamos desde otros, van a ser difíciles de solucionar. A la movilidad que perdieron en el confinamiento se une la imposibilidad de realizar las actividades físicas y de relación social en todos estos meses posteriores, sobre todo en los pueblos pequeños, ¡terrible!

En cuanto a la escuela de atletismo, hasta enero, por lo menos, no podremos empezar ni tan siquiera a entrenar porque así lo especifica una orden de la Junta de Castilla y León enviada a los participantes de Juegos Escolares. Obedezco y punto, pero no entiendo que unas actividades que se realizan al aire libre se paralicen, mientras que sí hayan comenzado los entrenamientos y competiciones de otras, por ejemplo el fútbol o el tenis, que son los deportes que veo practicar aquí, o los cursos en las piscinas climatizadas o incluso las competiciones en otras comunidades. No lo entiendo, me cabreé mucho el día que me lo hicieron saber. Ana dice que estuve insoportable, pero como no puedo hacer nada para solucionarlo solo me queda esperar a que los criterios cambien.

Por lo demás, aparte de la carrera, por fin el sábado rodamos por el monte con las bicis. Era un día desapacible por el frío y el viento. Nuestra idea, al menos la mía, era que nos metiéramos por el monte desde el principio ya que os he contado en alguna ocasión que entre las encinas y metidos por los pequeños valles y hondonadas del terreno se sufren mucho menos los inconvenientes del viento, que para la bici es muy molesto.

Pero un problema mecánico de uno de los integrantes del grupo, le saltaban los cambios con la tensión de las subidas, hizo que cambiáramos de idea y sufriéramos los rigores del viento por la vía verde, Valdemierque, Abusejo, Martinamor y una zona de monte suave para acabar en la antigua estación de tren de Alba

Desde ahí, unos cuantos se volvieron para casa y los que más ganas tenían de monte y subidas radicales, a los que me uní, hicimos una de esas subidas largas y empinadas, retorciéndonos entre encinas para después deshacer el camino bajando, con cuidado, por supuesto, y disfrutar de un descenso bonito y con algún tramo que se sale de lo normal. Como les decía, son subidas y bajadas que te dejan sin palabras no solo por el paisaje, también porque en las subidas llega un momento en el que te falta aire y en las bajadas porque hay que ir atentísimo al recorrido.

Como había cambiado la piñonera y no la había probado en condiciones extremas de desnivel, resultó que en las partes duras de la subida el penúltimo piñón rozaba con la polea de las roldanas debido al distinto desarrollo que tengo ahora, pero sin más problema que procurar no usarlo para no estropearlo.

Así que el domingo a solucionarlo con un tornillo más largo para que aumentara la separación. La teoría es que ahora funciona perfectamente, pero hasta que no vuelva al monte y haya que usarlo no lo comprobaré porque allí es donde se tensionan todos los componentes. A ver si el próximo sábado tenemos buen día y nos podemos meter de nuevo por el monte para probarlo.

Buena semana, amig@s.

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