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Pasados por agua

‘Lo que da de sí una tirada larga’

Juan Carlos Hernández | 27 octubre, 2020

En el grupo de WhatsApp que tenemos de la escuela de atletismo, el viernes nos colgó Jesús la nueva normativa de la Junta de Castilla y León sobre el toque de queda que iba a entrar en vigor al día siguiente. Le dimos las gracias y de paso hicimos alguna gracia porque hay que tomárselo con humor, que es lo último que debemos perder con la que está cayendo. Ahí estamos todos, aunque sea únicamente en el grupo de WhatsApp, manteniendo por lo menos un poco de contacto en lo que se aclara la situación y volvemos a entrenar en algún momento.                

En el último artículo os hablaba del toque de queda y no es que yo sea adivino ni un ‘lumbreras’, pero es que la situación se estaba haciendo insoportable y nos ha dado un ‘baño de realidad’. Además de otras cosas, lo primero que está fallando es que los jóvenes (no todos, por suerte) a partir de ciertas horas están haciendo lo que les da la gana y pasándose las normas por donde les apetece. Lo empecé a ver estas vacaciones en Cádiz cuando grupos de jóvenes se reunían en los recovecos de la playa para hacer botellón, quitarse las mascarillas y deshacer lo que los mayores (sobre todo los más mayores) estaban haciendo bien el resto del día.

Porque los mayores están cumpliendo todo a rajatabla, pero después sus nietos lo estropean y no pasaría nada si no fuera porque después les terminan llegando a ellos las consecuencias. Como a los jóvenes no les pasa nada, pues ‘ancha es Castilla‘.

Que sí, que uno ha sido joven, que ha hecho muchas tonterías, pero creo, es mi opinión, que a estas generaciones de jóvenes no se les ha inculcado, y esa es labor de los padres, el sentido de la responsabilidad y del esfuerzo. Se les ha dado todo y se les deja hacer lo que les da la gana. Menos mal que también he de decir que conozco muchas familias donde esto no pasa, porque de lo contrario… 

Y la semana, como pongo en el título, ha estado pasada por agua. Ya era hora. El campo estaba falto de ella y lo veíamos en cada salida de bici o en la dureza de los caminos al correr. Hemos tenido un verano caluroso y largo y además no ha caído ni una gota. Se necesita agua y es bienvenida, así que nos aguantamos un poco si nos produce alguna molestia, que otras cosas más importantes tenemos en las que pensar.

Más de agua. El viernes por fin volví a nadar a la piscina de Santa Marta. Todo muy bien organizado, con la plaza reservada y con las medidas adecuadas. Así que tres cuartos de hora nadando y relajando las piernas, que viene muy bien y lo echaba de menos. Por cierto, coincidí con Marta Vázquez, a la que en persona hacía tiempo que no veía y que además ahora se ha trasladado a vivir a Alba. En bañador, con el gorro y la mascarilla nos costaba reconocernos.

El sábado, unos compañeros del club ciclista habían organizado una salida en Hervás y en principio no iba a ir por trabajo, pero me pude organizar con un compañero y cambié lo que tenía que hacer al domingo. Un día perfecto para bici, sin calor y una ruta espectacular en el valle del Ambroz con largas y empinadísimas subidas y bajadas por caminos, trialeras que en algunos tramos tuvimos que hacer andando y senderos estrechos entre los castaños por los que a duras penas pasaba la bici.

Todo el tiempo entre árboles, sobre todo los castaños que he nombrado antes y en la parte alta bosques de abetos. Como os digo, una de las rutas más bonitas que he hecho, pero también de las más duras, que todo hay que decirlo. Además, por fin conocí la famosa pista Heidi de la que había oído hablar mucho en el mundo MTB y mientras la subíamos sudando la gota gorda, después de haber hecho ya bastantes kilómetros subiendo y bajando por el bosque, me acordé mucho de ella, del abuelo, de Clara, de Pedro y hasta de Niebla y las cabras…(uffff)

El terreno en algunos tramos no estaba en perfectas condiciones por las lluvias de los últimos días y de hecho las corrientes de agua bajaban fuertes, pero tampoco encontramos zonas muy embarradas. Tuve la mala suerte de pinchar delante en el tramo final de bajada, con el riesgo que conlleva porque la bici no se dejaba dirigir y hubo que parar un par de veces a dar aire a la rueda con la consiguiente pérdida de ritmo, pero como os digo, una de las rutas más bonitas que he hecho y en la que nos cruzamos con muchos ciclistas y senderistas que habían tenido la misma idea que nosotros.

Y siguiendo con el tema del deporte y el COVID-19, en Andalucía están planteándose obligar a hacer deporte con la mascarilla puesta. Si esa norma se extiende, para mí sí que sería un ‘problemón’. Un rato, pase, pero no sería capaz de llevarla todo el tiempo, al menos corriendo. En el deporte profesional se está exigiendo en el balonmano y tienen que hacer muchos cambios para coger la respiración, se les cae cada dos por tres y hasta ha habido algún caso de mareo. En condiciones normales la mascarilla es solamente una incomodidad, pero en momentos de necesidad de aire, con la respiración forzada, es un verdadero impedimento. Ya veremos.

Buena semana, amig@s.

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