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Contra viento y marea

‘Lo que da de sí una tirada larga’

Juan Carlos Hernández | 2 febrero, 2021

Lo primero, lo del viento ha sido literal estos días de atrás, la segunda parte del encabezado por supuesto que en nuestro caso es metafórico y es más apropiado para los compañeros de Cádiz, que empezaban a hablar de nadar en el mar estos días. ¡Qué envidia! Cuando estuve en navidad me planteé la posibilidad de hacerlo, pero yo solo esa época en que no hay socorristas no me terminaba de convencer, en grupo no me hubiese importado.

Hablando del tema con alguno de ellos, me decían que el agua estaba muy fría y cuando les preguntaba la temperatura, hablaban de 14 ó 15 grados y me miraban extrañados al responderles que más o menos como en agosto en mi pueblo. Y es cierto, no exagero, en Alba la temperatura del agua en pleno verano pocos días supera esos grados y damos fe de ello los que tenemos la costumbre de bajar a nadar. Neopreno, gorro y tiritando los primeros minutos hasta que vas entrando en calor. Y ya nos podemos ir preparando para el próximo verano porque habrá mucha más agua en el pantano y la que suelten estará más fría que de costumbre porque es la de abajo, a la que no llega el calor ni casi la luz.

Por fin han retomado las competiciones oficiales en la pista cubierta y este fin de semana ha habido campeonato regional y jornada de control de marcas. Sin público, por supuesto, pero por lo menos vemos las fotos y las informaciones en la prensa y me alegro por los conocidos que han conseguido premio y buenas marcas, como Candela. Enhorabuena.

Estos días he pedido alguna cosa de equipación al club Costa de la Luz de Cádiz, camiseta y gorro de piscina que vienen con la cuota y además una braga de cuello y un par de viseras de correr. Me faltaría el maillot de bici y de momento estoy equipado y lo combinaré con lo que tengo porque ya tengo demasiadas cosas.

En casa tengo un armario empotrado entero a rebosar de ropa de bici, carrera, escuela de atletismo, natación y senderismo, de verano, invierno y entretiempo, con todos los complementos imaginarios, cortavientos, cinturones portabebidas, bastones, calzado de todo tipo y por supuesto también monos de triatlón y neopreno.

Ya no hay sitio material para meter más, de hecho hace unos días he hecho una pequeña limpia y he sacado cosas para bajar a Cádiz e ir sustituyendo otras que tengo allí. Porque esa es otra, ya os he comentado alguna vez que voy bajando las cosas con más uso para terminarlas de aprovechar y me hace gracia porque suelo decir que en el sur hago deporte ‘vintage’ con equipaciones a las que doy una segunda vida.

¡Si supieran muchos que hace 9 años no tenía ni un chándal y me tuve que comprar unas zapatillas para ir a hacer los cursos de técnico deportivo de la Diputación a Llano Alto! Era socorrista, entrenador de natación y monitor de aquagym, pero de los de secano, que se metía en el agua más bien poco.

Esta semana pasada ha sido la primera en la que he tenido una actividad deportiva normal desde que acabaron las navidades. Entre unas cosas y otras no había terminado de centrarme por falta de tiempo y también de ganas porque me encontraba muy cansado, todo hay que decirlo. A ver si ahora seguimos el ritmo.

Resaltar la salida de bici del sábado. Aire para dar y regalar, pero planteamos, o mejor dicho, planteó José una ruta en la que el aire en la mayor parte del recorrido nos daría de lado y Manolo y yo nos limitamos a seguirle, que para eso es uno de los ‘sherpas’ del equipo.

Barro en abundancia, subidas con el terreno húmedo que se hacían más duras de lo habitual y una divertida mañana de bici en la que solo nos poníamos serios en esos tramos donde el aire nos daba de cara y había que dar pedales hasta yendo cuesta abajo, cosa que no deja de sorprenderte aunque ya lo hayamos vivido en otras ocasiones. A la llegada a Alba nos encontramos a Ángel, compañero del club, y con él nos quedamos charlando un poco en una terraza porque tuvo el detalle de invitarnos a un café que nos sentó pero que muy bien. Por supuesto con mascarilla y distancia en todo momento.

Y cuando uno no hace algo correctamente, o mejor dicho, se puede hacer mejor, hay que rectificar. Salía a correr y lo hacía desde el portal de casa sin la mascarilla y como mínimo puede ser una falta de respeto hacia los que se cruzaban en mi camino y van con su mascarilla cumpliendo las normas. A partir del jueves pasado lo que hago es correr con la mascarilla puesta hasta que salgo de lo que es el casco urbano y entonces me la quito, volviéndomela a poner al acabar de correr en cuanto vuelvo a entrar en el pueblo y paro a estirar. Lo mismo con la bici, mascarilla (o en este caso la braga de cuello con varias vueltas) puesta hasta llegar a los caminos y entonces me la bajo, para volver a subirla al regreso.

En teoría lo estaba haciendo bien, puesto que para hacer deporte lo puedo hacer sin la mascarilla, pero hay que ser consecuente y hacer las cosas lo mejor posible, que la cosa está poniéndose muy muy seria estas semanas.

Buena semana, amig@s.

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