El USAL La Antigua era consciente de que se jugaba gran parte de su pase a la fase de ascenso en este choque ante el Universidad de Valladolid. Y lo hacía además ante su público, que podía entrar en Würzburg por segunda vez en toda la temporada.

Quizá por esta razón, el equipo charro salió a la cancha muy concentrado, y se apoyó en los primeros 10 minutos en su juego interior, que comenzó el partido protagonizado por Lo y Yengue. Este último acaparó gran parte de la producción ofensiva de los charros, con 11 puntos en el primer cuarto.

En el segundo parcial, por el contrario, los exteriores tuvieron más protagonismo en el juego de los locales, haciendo además por momentos un juego rápido y espectacular que les hizo romper el partido -después se vería que definitivamente- hasta irse al descanso 23 puntos arriba en el luminoso de Würzburg (46-23).

El tercer cuarto, sin embargo, fue el más errático para los locales (17-24), que bajaron los brazos lo suficiente como para que el Universidad de Valladolid se metiera en partido.

Parecía que los charros volvían a activarse al comienzo del último parcial en el que Omar Lo era el gran protagonista en tareas ofensivas, terminando en él muchos de los ataques locales. Sin embargo, de nuevo los salmantinos protagonizaron malos minutos para acabar el choque, con muchos ‘regalos’ sobre todo en defensa, lo que aprovechó UVA para ponerse a solo 10 (72-62). Afortunadamente, la renta anterior conseguida por USAL La Antigua les permitió cerrar el choque con una gran victoria, que prácticamente deja al equipo salmantino en la fase de ascenso a LEB Plata seis años después.

Óscar Núñez: “No queremos derrotas, tenemos el objetivo al alcance de la mano”

En el resumen del partido, el entrenador del USAL La Antigua, el salmantino Óscar Núñez reconocía: “Nos ha pasado varias veces, creemos que tenemos el partido decidido al descanso. Y ha vuelto a pasar después de una gran primera parte, llegamos con 23 puntos de diferencia al descanso y creemos que está ya todo hecho. Bajamos un nivel de intensidad y eso hace que nuestro rival se meta en partido, fallamos tiros cómodos porque no estamos en partido. Y los últimos minutos ellos lo dan por perdido, fallamos tres tiros fáciles y ellos lo meten y casi nos dan un susto, de ahí la sensación agridulce”.

En cuanto a la renta que tiene el equipo (tres partidos de diferencia con el segundo quedando solo cuatro jornadas), Núñez aseguraba: “Hay que trabajar en que el equipo no tenga bajones de intensidad porque estamos a punto de certificar la fase, no queremos que llegue ninguna derrota. Lo tenemos al alcance de la mano y cuanto antes lo podamos cerrar, mejor”.

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