El fútbol sala salmantino ha exportado mucho talento en las últimas décadas. Muchos jugadores y técnico han salido de nuestra provincia para hacer carrera en un deporte que tocó techo en la década de los 90 y que ahora lucha por volver a asomar la cabeza. Uno de ellos es Luisma Haro, ex jugador y actualmente entrenador del Muslera cántabro.

Su trayectoria comenzó en Cantalapiedra, donde inició un periplo que le llevó al Aspiraciones Zamoranas y a proclamarse campeón de España con la selección de Castilla y León bajo el mando de Paco Luque, a Melilla, Astorga, Castro Urdiales en dos etapas, Peñíscola y Cáceres, lugar en el que cerró su etapa de jugador después de más de una década.

Encontró la estabilidad personal y laboral en Cantabria y allí obtuvo el nivel 1 y el 2 de entrenador. Inició su andadura en los banquillos con equipos de base y fue escalando hasta convertirse en coordinador de las selecciones cántabras de base. Y en ese camino conoció al presidente del Muslera. Entró en el fútbol sala femenino para entrenar a las porteras, después cogió durante una temporada y media al equipo infantil y ha acabado a los mandos del primer equipo, que ha militado este curso en Segunda División.

«La filosofía del club encaja con mis ideales y trabajan con las niñas de manera estupenda. Ves la unión que hay con las niñas de diferentes categorías y edades, que son como una familia, y lo que queremos es esto», explica Luisma Haro, que este mismo jueves cumple 45 años.

El Muslera no ha podido mantener la categoría, pero el entrenador charro se muestra orgulloso y satisfecho con el trabajo de su equipo. «Deportivamente hemos descendido, pero el club y yo estamos tranquilos porque esto es a medio plazo por la juventud de las niñas. Sabíamos que iba a ser muy difícil mantener la categoría porque teníamos un equipo muy jovencito y chicas que han pasado de cadete a Segunda División. Hemos acumulado lesiones y han tenido que dar la cara esas jugadoras y es cuando hemos competido más. Era difícil y así se ha demostrado, pero el nivel de juego y entrega ha sido fabuloso. Excepto un par de resultados, en los demás hemos tenido opciones, en la segunda fase hemos conseguido más puntos que en la primera y eso quiere decir que las niñas han mejorado y han cogido ese gen competitivo», asegura.

Pero más allá de los resultados, el Muslera destaca por su propuesta de juego. Todos sus equipos, desde las pequeñas a las mayores, intentar hacer un fútbol sala vistoso, de buen trato de balón y combinativo. Haro confiesa que reciben elogios en Cantabria por su modelo de juego y que le da lástima no poder acoger a más niñas en el club por la falta de horarios en el pabellón. «Nos gusta que las niñas jueguen en equipo, traten bien el balón y se sientan valoradas. Con su sonrisa ves tu trabajo recompensado. Hemos perdido partidos -en torneos de la base- por encajar goles desde el centro del campo, es otro recurso, pero no creo que sea el principal», afirma.

La fase por la permanencia en Segunda División le ha permitido enfrentarse al Universidad de Salamanca y al Intersala y volver a las pistas por donde pasó en su época de jugador. El técnico charro califica a sus dos rivales como muy competitivos: «Al Intersala le hemos ganado los dos partidos, pero nos ha costado mucho, aquí remontamos en el último minuto. Con el USAL allí perdimos y aquí haciendo nuestro mejor partido ganamos 3-0. El USAL no tenía que haber jugado la fase de descenso. El Intersala y nosotros merecíamos estar mucho más arriba en la clasificación porque hay equipos que han quedado por delante que no han demostrado el nivel, pero lo que suman son los puntos. Me he llevado una grata sorpresa».

La próxima temporada el Muslera no repetirá en Segunda División, pero seguirá trabajando en la formación deportiva de una plantilla que se mantendrá al completo. Y al frente del equipo, el salmantino Luisma Haro. «Si hacen este esfuerzo por un hobby, como para no corresponderlas», concluye.