Logotipo Saldeporte

Lo que nos quedará por ver todavía…

‘Lo que da de sí una tirada larga’

Juan Carlos Hernández | 24 agosto, 2021

No hay otra manera de comenzar este artículo que con lo que vimos por la ruta verde cuando comenzábamos nuestra salida de bici el sábado por la mañana. Sobre las 9, cuando ya nos íbamos a desviar hacia la Maza, nos cruzamos con un ciclista que llevaba una bolsa de ‘Glovo’.

Qué sí, que no es broma, que no eran las 9 de la mañana y un ‘rider’ iba a llevar un reparto a Terradillos o Alba, supongo, por la vía verde a llevar un pedido. Es de las imágenes más surrealistas que nos hemos podido encontrar a lo largo de estos años por las carreteras y caminos. 

No sé cómo va el tema, pero 20 kilómetros pedaleando y los consiguientes de vuelta para llevar un envío es algo que se me va. ¡Ah!, por supuesto que sin casco, que fue lo primero que vi a lo lejos y por lo que me fijé en esa persona. Por supuesto que no tengo nada contra el chico, faltaría más, pero no me entra en la cabeza. De todas formas comentábamos después que cuando necesitemos algo en una ruta ya sabemos lo que hay que hacer, pedirlo y que nos lo lleven.                   

En cuanto al resto de la ruta, pues como casi siempre, por algún camino nuevo, porque no hay ruta en la que no haya alguna novedad, hasta Morille. Eso sí, José, a ver si eliges mejor los caminos porque tragamos polvo a lo bestia. Algunos de los caminos eran no de tierra, sino de puro polvo y así llegamos nosotros y las bicis a casa.

Esta vez no quedó más remedio que un buen lavado a la bici para después lubricar y encerar bien las partes móviles porque sonaba todo en la vuelta. Y en cuanto a nosotros, en mi caso os puedo asegurar que el agua en la ducha se volvió marrón de la capa de polvo que llevaba encima. No me pude quedar al avituallamiento porque la ruta se alargó un poco más de lo normal y había cosas que hacer, y fue una pena porque éramos una buena grupeta. 

Y lo último referente a la bici. Nos encontramos a un grupo de ciclistas con los que nos hicimos una foto aprovechando que estaban parados, les preguntamos si necesitaban algo y charlamos un poco. Eran del grupo ‘Prudentes en bici’, que a su ritmo y en modo tranquilo hacen buenas rutitas por lo que he podido ver en su página de Facebook. Me hizo mucha gracia cuando al irnos nos dijeron que tiráramos nosotros delante, que éramos más jóvenes. Sin comentarios, pero creo que no es mi caso.

Con vistas a la prueba que me he planteado próximamente, he tenido que cambiar la planificación de los entrenamientos y la salida a correr larga volvió de nuevo a ser en domingo. Temprano, para evitar el calor, y a ritmo suave hice algo más de una hora por caminos y cuestas por las que hacía tiempo que no había vuelto. Me pasé un poco de la hora no porque quisiera, sino porque hice algún tramo distinto para recuperar en llano entre subida y subida, que el cuerpo notaba la bici del sábado, y el tiempo se me fue de lo planificado en un principio.

Y para ese reto a la vista, el martes pasado bajé a nadar por fin al río este verano. No lo hubiera hecho por la temperatura del agua, pero no me quedaba más remedio. ¡Qué fría está! En realidad, como cada verano, 14 grados a la orilla donde no hay corriente y 1 o 2 grados más por el centro.

Así que con el neopreno, de otra manera sería imposible nadar tanto tiempo a esas temperaturas, un poco de aclimatación y a nadar casi hora y media seguida. Quería llegar a esa hora y media, no sabía si aguantaría por fuerzas porque hace años que no nado tanto tiempo seguido, pero no llegué y tuve que salirme cuando me quedaban un par de minutos para conseguirlo, no por falta de fuerzas, sino porque me estaba quedando helado al meterme en esa zona más fría de la orilla. Salí tiritando y no entré en calor hasta llegar a casa y ducharme un buen rato con agua calentita.

Esta semana tengo que volver a repetir y procuraré no salirme de la zona central donde el agua, como os he comentado, está un ‘poquito más caliente’.

Todavía no he hablado de cuál es el reto para el que me estoy preparando. Es el cruce de la Bahía de Cádiz, 5.500 metros a favor de la fundación Vicente Ferrer, el próximo 4 de septiembre.

Me impone bastante respeto y por eso hay que prepararlo bien, sobre todo teniendo en cuenta que no tengo velocidad nadando y que tardaré algo más de hora y media en completarlo. Me he animado porque es una prueba no competitiva, se hace por grupos y tiempos de nado, con un nadador que lleva el ritmo, otro que lo cierra, embarcaciones de apoyo y avituallamientos cada 1.500 metros.

Buena semana, amig@s

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *