Lo que otrora fue un fortín, un campo prácticamente inexpugnable, en esta campaña está siendo la losa que empuja al Guijuelo a los puestos de descenso. Pocos pensaban ver en esta situación a los chacineros y sí luchando por cotas mayores. Pero a día de hoy mucho tendrán que cambiar las cosas y el objetivo pasa a ser salvar la categoría.

Visitaba la villa de chacinera un Amorebieta que llegaba invicto como visitante y que confirmó que lejos de Urritxe se muestra más cómodo en su forma de jugar. Tras unos minutos de tanteo inicial pronto se detectó un Guijuelo más reconocible para el aficionado local: ritmo alto de juego y búsqueda de las bandas, con Fekir buscando asociarse entre líneas con la dupla atacante que formaban Pablo Espina y Sikorski. Buenas sensaciones que pronto se vieron truncadas.

Los errores puntuales, esa gran asignatura pendiente en este año para los verdes, volvieron a poner el partido cuesta arriba. Pérdida de balón de Adrian Cruz, recupera Amorrortu, y el ariete vasco avanza hasta el borde del área pequeña como Pedro por su casa y define a la perfección poniendo en el marcador el gol visitante. Tuvo la oportunidad de ampliar el marcador el equipo zornotzarra en un córner en que el portero Taliby fue providencial para evitarlo.

El dominio local no se traducía en ocasiones y hasta el minuto 40 no llegaría el primer disparo con cierto peligro, cuando un zapatazo a bote pronto de Carlos Rubén recibió como respuesta una espectacular estirada del meta del Amorebieta Mikel Saizar, que evitó el empate. Así se llegó al descanso.

A la vuelta de vestuarios, más de lo mismo que ya hemos visto en este campo y en este año: un Guijuelo trabajador y con vocación ofensiva se estrellaba una y otra vez con el muro visitante. Las llegadas al área de los laterales Juanjo y Dani Hernández daban verticalidad a los pupilos de Ángel Sánchez, pero no encontraban un remate certero que pudiera poner el empate en el electrónico. Pablo Espina y Pepe Carmona lo intentaron sin éxito.

Por su parte el equipo vizcaíno tuvo la sentencia en un contraataque de Amorrortu, quien regatea a Taliby en su salida a la desesperada lejos de su área, y a puerta vacía envía el balón fuera cerca del palo de la portería de los locales. Tuvo una última oportunidad el cuadro verde con un remate de cabeza de Jesús Muñoz, pero sin ninguna mordiente. Otros tres puntos que vuelan del Municipal y que sigue sumiendo al equipo chacinero en su particular depresión. Toca seguir remando y el próximo domingo, una nueva final, ante el Real Unión de Irún.