Lo primero, ¿qué tal estás? ¿En qué momento de forma te encuentras?

Después del indoor hicimos otro periodo de carga porque también el verano este es un poco diferente por el Mundial, más tarde de lo normal al ser en Doha, y quisimos hacer una buena carga. También al haber venido de ser campeón de Europa he tenido acceso a competiciones de la Diamond League que no tenía antes y empezamos a competir bastante pronto. He tenido buenas competiciones a nivel de puestos como Rabat o la World Challenge, pero es cierto que la marca que estoy sacando este verano en proporción a los entrenamientos que estoy haciendo no tiene nada que ver. Estoy entrenando mejor que nunca, ahora estamos a una semana del Meeting de Madrid y con muchas ganas de correr. Quedan 40 días para el Mundial y la verdad es que de forma estoy muy bien, todavía manteniendo por arriba para aguantar este mes, pero con ganas de correr rápido en Madrid. 

Para estar en el Mundial de Doha debes conseguir una marca de 1’45”80. ¿Cuánto piensas en esos números cada día?

Estoy muy tranquilo, no se me han pasado por la cabeza casi nada. Estoy entrenando muy bien y todas las carreras que he hecho este año son 1’46”, salvo un Meeting en Francia que me encontré muy muy mal y llovió mucho. El resto, 1’46” y siendo muy competitivo, incluso en la Diamond League entré quinto en Rabat. A la marca en sí no le doy muchas vueltas. Por ranking de momento entraría con la repesca que hay, pero sí es cierto que por orgullo personal sí quiero estar en esa mínima  y más porque estoy para correr muy por debajo de ella. Espero que salga en este Meeting de Madrid. La marca no se me pasa tanto, pienso más en el hecho de llegar al Mundial para correr tres carreras y poder estar en la final.

Supongo que antes de hablar del Mundial hay que hablar del Campeonato de España al aire libre. ¿Cómo lo afrontas?

Antes era un campeonato al que iba con muchas ganas e ilusión, pero en los dos últimos años más o menos es más como un trámite que como un objetivo. Siempre llegamos bien y hay que demostrarlo, pero es más como un trámite a nivel negativo de cara al Mundial, ya que si lo pudiera evitar me lo evitaría. En mi cabeza está el Mundial, el año pasado estaba Berlín y tengo ganas de competir en grandes meeting y campeonatos y pelearme con toda la gente a nivel mundial. En España el nivel de 800 es muy alto, pero es como ese pequeño obstáculo, siempre quieres hacerlo bien, pero el campeonato te genera mucha tensión, bajas carga antes para llegar descansado, esos dos días te generan mucho estrés y luego estás dos o tres días con mucha fatiga. Evitarlo sería una semana de entrenamiento, pero es un requisito de la federación y hay que estar y demostrar que estamos bien de forma.

Has hablado del nivel del 800 que hay en España… De unos años hacia acá, si antes la prueba reina era el 1.500 ahora lo es el 800 con el gran nivel de atletas que estáis saliendo. ¿Vosotros lo veis así?

Llevamos unos años en los que a nivel de pista cubierta se sacan medallas y al aire libre a nivel europeo diría que puede ser mejor continente que África en 800 a día de hoy. Y España tiene un potencial muy grande de 800. Hay que seguir potenciando esa prueba. El medio fondo y fondo en España siempre han sido disciplinas que han sacado grandes atletas, va un poco en la cultura del atletismo español. Ahora están saliendo velocistas, saltadores, pero el medio fondo para bien o para mal siempre ha estado. Para bien porque hay muchos entrenadores con experiencia, para mal porque siempre se entra en comparativas y siempre se espera que los atletas estén a buen nivel. Tenemos que pensar en positivo y sentirnos orgullosos los atletas de este nivel alto. Si en España lo tienes, cuando sales fuera va a ser todo más sencillo y no te llevas la bofetada en la cara. Si en casa el nivel fuera bajo, sales y te das de golpe con la realidad.

Has dicho en ocasiones que precisamente en el 1.500 se encuentra tu futuro en el atletismo. ¿Sigues adelante con el plan?

No sé si el año después o dos años después de Tokio, sobre los 28 años más o menos, pero dependiendo de cómo salga Tokio lo decidiremos. No sé si estaremos como atleta de 1.500 o doblando pruebas, pero la idea es pasarnos. El 800 es una prueba para jóvenes en la que se necesita más explosividad, por mi constitución soy más atleta incluso de 1.500 que de 800 y es una prueba en la que tengo muchas ganas de centrarme. Pero bueno, todavía tenemos que demostrar mucho en el 800.

Todos tus pasos en el atletismo los has dado con el mismo entrenador. ¿Qué crees que sería de Álvaro de Arriba sin poder tener a su lado a Juan Carlos Fuentes?

Igual no estaría ni haciendo atletismo. Fue el que realmente me descubrió creando la escuela de atletismo. A partir de ahí, como entrenador es una persona que le gusta que sean claros con él. Siempre he sido claro, ambicioso, he querido mejorar y nos hemos entendido muy bien. A día de hoy nos entendemos casi sin hablar en la pista. Y ya no solo a nivel profesional, sino a nivel personal todo lo que me ha inculcado él diría que es como un segundo padre. No me planteo cambiar de entrenador y en mi cabeza está acabar mi carrera deportiva con él, es lo que queremos ambos.

Echando la vista atrás, ¿cómo has visto tu madurez como atleta? ¿Cómo has ido explotando tus virtudes y limando tus puntos menos favorables? 

Cuando he empezado a madurar deportivamente y a estar más centrado mentalmente en la competición ha sido en los dos últimos años más o menos. A nivel de cabeza cuando más he crecido ha sido cuando he coincidido con atletas como Manolo Olmedo. De las cosas que más experiencia he sacado es el hecho de compartir entrenamiento con gente muy experta en grandes campeonatos y en el mundo del atletismo. Ahí ha sido cuando he notado ese salto de experiencia y veteranía. Cada campeonato y cada temporada me voy dando cuenta de lo pequeño que era, de lo que voy creciendo poco a poco y de lo que me queda por crecer. Cada vez que consigo un objetivo me doy cuenta de lo pequeño que era cuando conseguí la primera medalla absoluta en Alcobendas. Ahí me creía que podía tener una mentalidad más madura y cada vez que pasa el tiempo me doy cuenta de que me queda mucho por aprender. Compartir con otros atletas que llevan muchos años en esto me ha hecho madurar mucho.

En competiciones internacionales conseguiste llegar a los Juegos Olímpicos y has participado en un Campeonato del Mundo al aire libre. Por otro lado, en indoor tienes dos medallas europeas (un oro y un bronce) y fuiste quinto en un Mundial. ¿Te sientes más cómodo en la pista cubierta?

En pista cubierta llevo dos temporadas en las que me siento muy cómodo, pero sí es cierto que no he podido transferir lo que he corrido en la pista cubierta al aire libre. Me falta ese pequeño salto que espero conseguir esta temporada o la siguiente porque realmente en los entrenamientos sí muevo esa transferencia, sí hago esos ritmos, pero me falta la competición. También le damos demasiada importancia, y yo el primero, a la marca y estar en los grandes campeonatos es lo que importa más. También va en lo que hablabas antes de la madurez y creo que este año o el siguiente acabará saliendo algo grande al aire libre también.

Repasando la última carrera de Polonia hemos observado un cambio en tu táctica durante la prueba. Siempre has sido un atleta con un final muy explosivo, pero el otro día pegaste el tirón desde lejos. ¿Es una táctica que surgió durante la carrera o algo que vienes probando últimamente?

Sí es cierto que cuando quedan 300 metros es donde hay que estar muy atento y donde se dice siempre que se empieza a correr, en los últimos campeonatos estoy corriendo muy bien ahí. En Glasgow empecé a avanzar y me coloqué segundo y primero quedaban 300 metros, aquí igual… Sí es algo que tengo dentro. Llevado a la Copa, estábamos 5-6 atletas de nivel muy alto, de nivel europeo y mundial, sabía que estaba muy bien de forma y que el único que me podía ganar era Adam Kszczot, para mí el mejor ochocentista del mundo por el historial que tiene deportivo y porque siempre está en los grandes campeonatos. Sabía que si me la jugaba al final podía entrar en el juego de otros atletas de 1’47” o 1’48”, entonces sabía que con un ataque largo se iba a limpiar mucho la carrera. Decidí cambiar, colocarme primero, limpiarlo y al final me ganó también el británico, que me la devolvió porque fue el atleta que fue plata en Glasgow. Ahora vamos uno a uno, empatados. En este tipo de carreras que son muy tácticas, corriendo muy rápido el último 300 y estando fino, normalmente se limpia bien la carrera. Me la jugué, me costó un poco en los últimos 30-40 metros por el cambio brusco que hice y porque también corrí mucho por fuera en la última vuelta, pero normalmente en las últimas competiciones en los dos últimos años me gusta estar muy bien colocado en los últimos 300 metros.

Ahora mirando un poco a nivel local… Suele ser habitual verte en el Meeting Iberoamericano de Atletismo, que en fechas suele coincidir con el Gran Premio Carlos Gil Pérez. ¿Como salmantino te gustaría poder competir más en Salamanca o que hubiera alguna prueba más?

Sí, la verdad es que en el nivel en el que me muevo el meeting que hay es el Carlos Gil. En el alto nivel, los atletas nos movemos por invitaciones. Todas las temporadas tengo invitaciones del Meeting de Madrid, Huelva y Andújar. Aquí en Salamanca, te lo puedo decir claro y sin problemas, con mi mánager no se han puesto en contacto nunca para invitarme. Si no he corrido puede ser por unas cosas o por otras, pero tampoco he recibido ninguna invitación. Entonces, claro, correr en casa quiere todo el mundo. Correr en Salamanca y en una pista en la que entreno normalmente, delante de tu gente y en unas fechas en las que normalmente estoy muy en forma para demostrar buen nivel, pues siempre gusta. Cuando fue el Campeonato de España en pista cubierta pasé muchos nervios porque correr en casa te genera mucha tensión, pero disfruté muchísimo. Correr en casa es lo mejor y lo más divertido.

¿Son adecuadas las infraestructuras con las que cuenta la ciudad para competir con los mejores de España?

La verdad es que ahora el atletismo a nivel español está muy descentralizado, la gran mayoría de los atletas de gran nivel que estamos viendo en los grandes campeonatos salimos de fuera de los centros de alto rendimiento. El atletismo demuestra que España a nivel nacional tiene buenas instalaciones para llegar al alto nivel. Salamanca es una ciudad que tiene buenas instalaciones para estar al máximo nivel al menos en fondo o medio fondo, que es de lo que puedo opinar realmente, luego el pero que hay es el hecho de que no hay ese apoyo o no lo veo para sacar esos atletas adelante. Las instalaciones están, pero luego no hay ese apoyo a nivel de personal, no ya de ayudas económicas, sino de ayudas en otro sentido para estar arriba. Yo estoy donde estoy por ayudas externas, incluso de fuera de Castilla y León. No hay queja en cuanto a instalaciones porque la pista cubierta que tenemos para el indoor es perfecto y la pista del Helmántico está muy bien, pero es cierto que no se apuesta por la élite en sí para seguir mejorando esos resultados.