Con media hora de retraso, y cambios en la alineación tanto con respecto al derbi como al once inicial que había planeado en un primer momento Arturo Martín, arrancó el partido en el Alfonso San Casto. Una tormenta anegó el campo, e incluso por momentos se temió con la suspensión. Desgraciadamente para el Santa Marta no fue así, y sufrió su segunda derrota consecutiva al ser superado por el Almazán, que hasta hoy no conocía la victoria. Se empaña de este modo ligeramente un inicio inmaculado del cuadro tormesino.

Muy pronto se puso cuesta arriba el partido para el Santa Marta. En un balón a la espalda Edipo controlaba, y sobre la línea de fondo en el costado izquierdo se internaba el área. Cruzó su disparo ante la salida de Tommy, y adelantaba a los suyos. La reacción tormesina comenzó a balón parado, pero ni Aarón ni Tena consiguieron dirigir a portería sus respectivos testarazos.

En la previa del partido Arturo Martín había avisado de los peligros al contragolpe del Almazán, y el gol tan tempranero facilictó que explotara sus virtudes. Su guardameta Alberto arañaba cada vez que podía segundos al reloj, pero con balones a la espalda de la zaga impedían que su rival se acomodara en el terreno de juego. Así se plantó dentro del área Diego en torno al ecuador de la primera mitad, pero finalizó con un disparo alto.

Menos réditos sacaba el Santa Marta de su juego habitual, buscando lo antes posible a sus puntas por arriba. Pero así llegó un cabezazo de su pichichi Lerma, que no pudo imprimirle fuerza a un centro desde banda izquierda de Lucas. Lo dirigió bien, pero atrapó sin problemas el guardameta rival.

No fallaba el Almazán, y sí lo hizo el cuadro local, que tras un doble error de Asensio recibió el segundo gol. El capitán entregó el balón a Dani, y cuando parecía que no podía sacar nada al estar defendido por él y Tena, le derribó dentro del área. Edipo desde los once metros hacía su tercer gol del curso, firmaba su doblete particular, y encarrilaba el encuentro para los suyos.

Los tormesinos conocían la importancia de llegar al descanso a solo un gol de distancia, y echaron el resto en los últimos minutos. Pero ni Aarón, a cuyo testarazo respondió Alberto con una gran parada, ni Lerma, que cabeceaba fuera, consiguieron marcar.

Ese arreón final del Santa Marta se mantuvo al regreso de vestuarios, y poco a poco fue encerrando a su rival. A balón parado, como en una falta de Jorge García nada más empezar el segundo tiempo que se marchó alta. Pero sobre todo con centros laterales que sin embargo paseaban por el área, despejaba con cierta dificultad el Almazán, o remataba forzado alguno de los jugadores del equipo charro.

Los últimos diez minutos fueron un asedio local, del que salió vivo el Almazán. A veces salvado por Alberto, como en un cabezazo picado de Aarón que sobre la línea misma de gol envió a córner el guardameta. Y otras por esa sensación de que aunque el encuentro se alargara durante una hora más, el Santa Marta no iba a ser capaz de ver portería.