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Alonso Ruiz: «El baloncesto para mí es un ‘hobby’ y poder hacerlo a este nivel me hace sentir gratitud»

Todos hablan de él en cuanto a equipo se refiere, de Palencia y hasta hace nada el más joven del equipo, el base hace balance de la temporada y habla del equilibrio entre sus estudios y su papel como jugador semiprofesional

Alonso Ruiz / FOTO: Aquimisa Carbajosa
María Pedrosa | 3 marzo, 2020

Cuando se escucha, por lo general, se entiende. Y eso es lo que ocurre con el equipo de Carbajosa, que reina en el baloncesto masculino, no solo de la ciudad, sino de toda España. Humildad y trabajo son las dos cualidades que mejor definen a uno de sus pilares que, aunque menos visible de lo que parece, resulta fundamental para el mantenimiento del bloque entero. Escuchándole hablar se entiende el por qué de tanto éxito.

Palentino, pero mitad salmantino y estudiante de fisioterapia, Alonso Ruiz vive en primera persona lo que es soñar a medias en un país como España, en el que la posibilidad de entrenar a nivel profesional al mismo tiempo que estudias es inexistente. «Trato en todo momento de que los profesores me cambien prácticas, pero hay veces que es imposible y me tengo que perder entrenamientos», asegura.

¿Te da cierta envidia hablar con tus compañeros de equipo sobre su oportunidad de estudiar en grades universidades al mismo tiempo que se preparaban para ser profesionales? «Desde luego, al final estas situaciones hacen que yo no esté en ocasiones al mismo nivel de entrenamiento que el resto del equipo, ya que por las mañanas tengo clase y no ir supondría dejar de estudiar. El sistema es totalmente diferente, el valor que tiene el deporte en países como en Estados Unidos es increíble y no se puede comparar con la situación que vivimos aquí. Cuando yo hablo con ellos sobre este tipo de cosas alucinan», cuenta el jugador del Aquimisa Carbajosa.

¿Está situación te impide ver el más allá baloncestísticamente hablando? «Como todos los niños siempre sueñas con ser el mejor en el deporte que te gusta, pero llega un momento en el que la realidad te golpea. Te toca jugar contra alguien mejor que tú y te das cuenta de que hay 20.000 igual que tú. El baloncesto es mi ‘hobby’ y me gustaría llegar lo más alto que se pueda, pero siempre compaginándolo con mi carrera y mis estudios. El año que viene no sé qué pasará, me gustaría seguir, pero el nivel que se exige posiblemente sea imposible de seguir», reconoce.  

El hecho de ser una persona muy familiar hizo que su carrera como deportista llegara a Salamanca y desde el primer momento lo hizo en Carbajosa: «Tuve la oportunidad de jugar en el Villamuriel y gracias a un convenio que realizaron con Venta de Baños, equipo de Liga EBA, comencé a jugar en la categoría desde junior de segundo año. En el momento de decidir que quería ir a estudiar a Salamanca, el Carbajosa subió y aquí estoy. Mis entrenadores hablaron con ellos, me vieron y supongo que les gusté, así que desde mi primer año en la ciudad he jugado en el Carbajosa».

¿Cómo se valora desde dentro el salto que ha dado el equipo, precisamente estando desde el comienzo en la categoría? «Es increíble, el salto que se ha dado ha sido muy grande, tanto a nivel organizativo como de jugadores. Al venir Jesús se ha ganado en seriedad y organización, y ello se ha juntado con los recursos económicos con los que contaba el club. Todo ello ha generado este proyecto tan ambicioso y que tiene muy buena pinta. La ética de trabajo que tenemos hace que estemos ahí, cualquier persona que nos vea entrenar entenderá el porqué.  Nadie se queja porque sabemos que estamos aquí para trabajar y mejorar. Esta intensidad en los entrenamientos nunca la había vivido y no solo física, sino también mental», afirma.

Podemos decir que es una especie de máster y de nivel para ti. «Desde luego, es una oportunidad de aprender y de disfrutar del baloncesto la que estoy teniendo… lo valoro muchísimo. Es un año especial, tanto jugando como entrenando es muy difícil ver a alguien que no esté sonriendo porque tras cada jugada, defensiva o en ataque, siempre contamos con el apoyo del resto, ya sea jugando o en el banquillo. Además, que en cuanto uno se tuerce un tobillo, Alonso es el que le venda, o cuando tienen la espalda cargada, así que aprendo en todo los sentidos y más teniendo a Javi Barrueco», añade riendo.

¿Cómo valoras tu rol en el equipo? «Soy consciente de que el baloncesto para mí no es lo más importante en mi vida, es un ‘hobby’, una manera de disfrutar, y el poder hacerlo a este nivel lo único que me hace sentir es gratitud. El poder esforzarme en cada entrenamiento, demostrar a mis compañeros que a pesar de estudiar al mismo tiempo puedo estar a su nivel y disfrutar cada minuto que salgo al campo lo compensa todo. Al final, las cuatro últimas semanas que he estado lesionado lo he pasado mal porque me faltaba algo, mi ‘hobby’, pero también mi forma de vivir. Especialmente este año. Simplemente el compartir momentos con mis compañeros, que son más que eso, compensa todo», sonríe Ruiz.

Todos hablan de ti cuando les preguntamos por el equipo: «Tenemos que hacer el trabajo que no se ve y me encanta, el de fuera de la pista. Siempre que alguien está mínimamente mal, trato de ir a hablar con él, que se distraigan cuando hay descansos o tienen bajones. Al final están fuera de casa, lejos de su familia y amigos y es normal. A mí me gusta mucho y además estos chicos te lo agradecen, a través de ello estoy creando amistades y está siendo bueno para los dos, es algo mutuo».

¿Tenéis límites como equipo? «Está claro que si la derrota no llega, mejor que mejor, pero también somos conscientes de que en algún momento puede llegar y no por ello vamos a ser mejores o peores que antes. Si llega una derrota y nosotros estamos satisfechos con el trabajo realizado, bienvenida sea y que aprendamos de ella y de los errores. Nosotros vamos a seguir y hacer todo lo posible para que no llegue. Si llegamos a esa ansiada fase de ascenso, todos los equipos serán iguales o mejores que nosotros y va a ser muy duro. Es muy fuerte lo que estamos viviendo, eso sí, y también hay que valorarlo, el hecho de que estemos en esta posición y también el trabajo que hemos llevado a cabo para conseguirlo», señala

¿Cuál es la diferencia con respecto al resto de equipos? «Somos muy humildes. No hay nadie que sea superior a otro en el equipo. Uno puede jugar más minutos que otro, pero somos todos iguales y eso es lo que realmente nos está diferenciando del resto. Al final la intensidad la ponemos todos y es un constante, salga el que salga da todo de él, todos vamos a responder y eso es increíble. Incluso los chicos que vienen a ayudarnos, todos somos iguales y aportamos lo mejor de nosotros mismos», explica.

Su entrega por el equipo a pesar de los obstáculos ejemplifica su pasión por el baloncesto. Habla del resto antes que de él mismo y eso da muestra de la clase de jugadores que componen un equipo, basado en la calidad humana de todos sus componentes. ¿Quién no augura un futuro con éxito? Dicen que si se vive simple, se sueña a lo grande, ¿por qué no?

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