Con el final de cada temporada llega el tiempo de las despedidas, algunas de ellas muy dolorosas. Y ese es el caso del Hergar, que ha tenido que decir adiós de una manera amarga a su capitán, Joan Ballesteros, que deja el club charro para regresar a su tierra.

“Son ya siete años fuera de casa, ves a la familia crecer y sin disfrutar de ella. Además, la situación laboral tanto mía como de mi pareja también han ayudado a decidir volver a Mallorca. Es un cúmulo de cosas que te hacen irte de una ciudad y despedirte de personas que te han hecho fácil la estancia durante este tiempo”, explica el jugador.

En total Joan ha pasado cinco campañas en el club, divididas en dos etapas. “Un año tuve que irme a Sevilla a estudiar un máster relacionado con la preparación física y la readaptación al fútbol. Pero durante ese año tenía claro que volvería a Salamanca para formar parte de este gran vestuario”, reconoce.

No en vano, su paso por el Hergar le ha marcado muy positivamente. “A nivel personal considero que he madurado y he terminado de entender situaciones que de joven no terminas de hacerlo. Es decir, tener una mentalidad donde siempre pones al grupo por delante y dejas de lado lo individual. Todo esto es gracias a la gente del club, que ha dejado que me integrara de su entorno sin ningún problema. Además, he visto crecer al club desde dentro, con la suerte de ascender a Regional Aficionados, y he visto cómo ha ido evolucionando la manera de trabajar. Es un club que va a más y puedo asegurar que seguirá siendo así”, asegura el propio Joan.

Su baja dejará un hueco en el centro de la zaga, donde esta temporada ha disputado 21 partidos. “Tanto este año como los anteriores he disfrutado de minutos para ayudar siempre al equipo. Gran parte de culpa se debe a que las lesiones por suerte me han respetado, y cómo no, a que los diferentes entrenadores han confiado en mí”, declara.

Eso sí, en lo colectivo ha tenido un curso complicado, ya que el Hergar no ha conseguido despegar en ningún momento y cuando llegó el parón por la crisis sanitaria del coronavirus ocupaba posiciones de descenso. “Podría decir que ha sido el año más difícil, ya que veía la calidad, la manera en que se entrenaba y en que se enfocaban los partidos, pero los resultados no llegaban. Aunque a falta de diez partidos, y ganando en casa al Fabero, era un gran impulso para conseguir el objetivo”, considera Joan.

Precisamente dicho encuentro fue el último que disputó como jugador del Hergar, aunque en aquel momento nadie podía esperar que fuera así. “Ha sido una despedida fuera de lo normal. Me hubiera encantado despedirme de la afición, de mis compañeros y del club en el verde, vestido de rojo. Eso sí, demostrando que este grupo era capaz de conseguir el objetivo en el campo. Tengo la espina clavada y en cuanto la situación nos lo permita seguro que voy a Salamanca, cojo las botas y le descuadro alguna sesión a Óscar Albo”, admite entre risas.

Pero el paso de Joan Ballesteros por el club charro no solo ha sido como futbolista, ya que también ha sido el preparador físico del equipo juvenil, que ha conseguido subir a categoría regional. “Ha sido un ascenso marcado por detalles, ya que ha habido una lucha dura pero muy sana entre los que estábamos arriba. Está claro que Alberto y Javi han hecho un gran trabajo, siempre acompañado del gran grupo de jugadores que había”, explica el mallorquín. Ese éxito contrasta con la experiencia vivida un año antes, en la que no ascendieron por la diferencia de goles.

Y mirando ya el futuro, Joan no se alejará del mundo del fútbol en su regreso a las Islas Baleares. “Para la próxima temporada, puedo confirmar que estaré llevando la preparación física del Juvenil B de un mítico club mallorquín como es el CE Constància, que ha estado en Segunda División con algún play-off de ascenso a Primera incluso a su espalda. Ayudaré a mi amigo Sergio Sanz en la Regional Preferente. Y como jugador no puedo confirmar nada, aunque es verdad que hay alguna cosa hablada con un equipo en Tercera División, pero habrá que ver cómo se dan las cosas”, asegura el ex capitán del Hergar.

En cuanto al club charro, le desea lo mejor. “Me gustaría ver al Hergar lo más arriba posible en todas las clasificaciones, pero sin olvidar de dónde venimos ni lo que somos, un club humilde que trabaja de la mejor manera posible con los recursos que tenemos. También hay que aprender de los errores que se han cometido, que puedo decir que durante mi estancia se han corregido a medida que va pasando el tiempo. Si hablamos del aficionado en concreto, no dudo que este mismo grupo con unas cuantas incorporaciones el año que viene no va a tener ningún problema para estar en una situación cómoda y, por qué no, luchar con los de arriba. Es un grupo joven que aún tiene mucho recorrido, con mucha calidad y con ganas de trabajar”, concluye.