El pasado miércoles, el Club Deportivo Talent anunció la renovación de Cristina Lázaro para su primer equipo, el Tirso Igualatorio, que compite en Primera Nacional. La base salmantina cumplirá de esta manera su segunda temporada en suelo cántabro después de llegar el pasado verano.

Tras militar cinco campañas en el equipo de la Universidad de Salamanca, Cristina decidió cruzar la Cordillera Cantábrica en busca de una nueva experiencia en el baloncesto. «Hace dos años en la fase de ascenso fuimos a jugar allí, hicimos buen papel, fui la MVP y me ofrecieron ir allí», cuenta.

La oferta llegó en el momento exacto, cuando terminó sus estudios, y por ello vio con buenos ojos dar salto en busca de un ascenso. «Me encantaría poder ascender a Liga 2 y poder jugarla algún año«, confiesa.

Con el Tirso Igualatorio se ha quedado cerca esta temporada. El conjunto cántabro ha sido tercero detrás del Instituto Rosalía y el Maristas Coruña, los dos rivales que han subido de categoría y con los que perdió en los enfrentamientos directos, derrotas claves en el devenir del campeonato.

«Al principio nos costó bastante, éramos seis fichajes de fuera y nos costó bastante adaptarnos, pero fue una pena porque cuando empezamos a jugar y entendernos en la pista nos quedamos por el camino», explica sobre este atípico final de liga.

Canterana de Perfumerías Avenida, donde estuvo desde infantil hasta junior, Cristina Lázaro sabe lo que es debutar en la máxima categoría del baloncesto femenino. Fue en la 2013-14 en un encuentro en Würzburg ante Mann Filter con Víctor Lapeña en el banquillo salmantino y con jugadoras como Marta Xargay, Marta Fernández, Leonor Rodríguez, Shay Murphy o Angel Robinson como compañeras. «Fue en mi último año de junior, con 18 años. Fue muy bonito, me acuerdo de todo prácticamente, el simple hecho de salir fue bastante emocionante y llegué a anotar«, recuerda.