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Semana del no puente y no fiestas

‘Lo que da de sí una tirada larga’

Juan Carlos Hernández | 13 octubre, 2020

Vísperas de puente y de fiestas que se van a quedar en nada por la situación actual. El puente porque el viernes hubo que trabajar hasta tarde y el sábado rematar faena para terminar de repartir los libros de fiestas a los anunciantes que los financian con sus aportaciones. Porque aunque no lo parezca, del 14 al 22 estamos de fiestas o como ahora se dice, de no fiestas

Lo del libro de fiestas de Alba no es un tema menor. Existe la tradición de editar un libro resumiendo lo más importante que ha acontecido desde el último año y sobre todo con un apartado de historias y fotos antiguas que es lo que más llama la atención y por lo que las familias lo guardan como un tesoro en sus casas. Dudo que haya alguna casa en Alba o donde viva un albense en la que no se guarden los libros de fiestas. Por supuesto que ese es mi caso y de hecho hace tiempo me regalaron uno del año en que nací, 1967, que entonces más que un libro era un folleto, pero que demuestra que la tradición viene de lejos.

Y es que los años pasan, y tanto que esta semana pasada ya me he tenido que poner gafas para leer de cerca. Me gusta leer, antes no tenía prácticamente tiempo, pero desde marzo ‘devoro’ libros todas las semanas y la vista lo termina notando y más cuando la luz natural ya no es la misma que en verano. Tenía gafas, que no he usado prácticamente nunca, pero me las fui a poner y resulta que de cerca ya no me sirven, es lo que tiene la presbicia o vista cansada, es decir los años…

Por cierto, en el libro que ahora estoy leyendo, ‘La danza de los tulipanes’, de Ibón Martín, aparece el pueblo de mi madre, Pasaia, y lo que os conté hace tiempo de la barca que lleva viajeros hasta el otro lado de la bahía y también de la rivalidad en el remo entre las dos orillas.

Llevo muchos años en los que mi tarea por las fechas del puente del Pilar es repartir estos libros con mi compañero Alberto y, de hecho, alguna vez hemos programado el final de las vacaciones para ello. Aunque es un poco pesado porque hay que intentar hacerlo lo más rápidamente posible para que lo tengan antes de empezar las fiestas y nadie se queje, reconozco que es un trabajo que después recuerdo como gratificante porque lo esperan ansiosamente. 

El libro también se reparte a todas las familias albenses, pero en este caso son los interesados los que tienen que ir a buscarlo. Este año han tenido que poner varios lugares, días y horarios de reparto para que no haya aglomeraciones.

Y coincidió que este fin de semana largo, los compañeros del club habían programado, yo me enteré el mismo viernes, una traca, será por lo de vísperas de fiestas, de actividades BTT que comenzaban el sábado con la ruta Alba-Ávila, el domingo con la subida por caminos a la Covatilla y el lunes con una salida extra por el monte.

Por supuesto que a todo no, pero sí que me hubiera gustado hacer la ruta desde Ávila o la subida a la Covatilla, pero para la primera hubiera tenido que saberlo con más tiempo para hacer un par de salidas largas antes, creo recordar de las dos veces que lo he hecho que son 110 kilómetros y además por motivos laborales me era totalmente imposible.         

Para la subida a la Covatilla estaba decidido y quedé en confirmarlo el sábado, pero ese día, cuando acabé el reparto de libros, salí a correr con tan mala suerte que me hice un pequeño esguince al pisar mal una piedra, es lo que tiene el correr por el campo y también que el arreglo de los caminos sea sacar las piedras hundidas y que queden sueltas, tendrá su explicación, pero para los caminantes y ciclistas va mal. 

Así que no quise arriesgarme a tener que dejar la subida en el intento y desistí, cosa que después de las fotos y de saber que tuvieron que cargar con las bicis a cuestas durante algunos tramos, casi agradezco. Me quedo con las ganas para otra vez y sobre todo para cuando el recorrido sea otro más ‘ciclable’.   

El esguince era leve y lo traté con hielo, ibuprofeno y una tobillera el sábado y el domingo. Todavía me quedaba la salida por el monte del lunes y había que intentar estar recuperado. Y para empezar bien el lunes festivo bajé a la churrería, que ha empezado la temporada este fin de semana, a por unas porras y preparé chocolate para desayunar porque hay costumbres que no se deben perder. Y así será hasta abril cuando cierre.

A las 9:30 horas, ruta por el monte y caminos, con bastante aire y fresquito, aunque con las cuestas echamos a sudar pronto. Se nos unieron un par de ciclistas que habían quedado a la misma hora y en el mismo sitio para salir y a los que animé a acompañarnos y pasamos una buena mañana. Al volver, ducha y paseo con Ana, que también apetecía.

Buena semana, amig@s.

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