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¡Qué frío!

‘Lo que da de sí una tirada larga’

Juan Carlos Hernández | 9 noviembre, 2021

Volví a salir en grupo con la bici de montaña este sábado pasado, creo que entre unas cosas y otras eran tres semanas desde la última vez, cuando me olvidé del bote y rompí la cadena. Así que lo primero era comprobar que la cadena nueva iba bien. Y sí, todo correcto, aunque después en un terreno en descenso en el que me dio para poner el piñón más pequeño noté que este saltaba, así que cuando tenga un rato, a revisar y ajustar bien el desviador trasero para que todo vaya perfecto.  

Hay que decir que el principio fue bastante divertido porque hicimos el mismo recorrido que unos días atrás habían hecho unos cuantos del club y entre ellos iba Manolo, que perdió las gafas (según él en algún salto) y el motivo de hacer ese mismo recorrido no era otro que intentar localizarlas.

Hace un par de años You perdió el GPS en una ruta de montaña por Ledrada y meses más tarde lo encontraron unos amigos que tenemos por allí y con los que habíamos ido a pasar aquella mañana. Y sí, encontramos las gafas, pero con un par de salvedades: de salto, nada, en un camino llano, todo lo llano que puede serlo por el que no pasan más que animales y tractores con las roderas de las lluvias de estos días de atrás, y estaban hechas un ‘ocho’ porque probablemente al caerse, él o algún otro de los que iba en la salida había pasado por encima de ellas. Eso sí, lo que nos pudimos reír.

La ruta siguió bien, pasando una buena mañana de bici a pesar del frío que hacía y por el que íbamos equipados de invierno total, en mi caso hasta llevaba malla y camiseta térmica debajo, y es que en estas primeras salidas con frío se nota mucho el cambio y hay que irse habituando, y entre eso y unas cuantas cuestas para entrar en calor al final tiene uno que irse bajando la cremallera de la chaqueta para que entre un poco de aire.

Todo bien hasta el momento que en Morille viramos para ir regresando a casa por la zona de Monterrubio y Cuatro Calzadas. Con el aire del norte arreciando de cara fue un ‘sálvese quien pueda’. Ahí noté todo lo que no había hecho de bici estas semanas y fui haciendo la goma constantemente, o más que la goma diría que directamente me fui quedando hasta que desde Valdemierque acabamos por la carretera y como era hacia abajo volví a integrarme en el grupo.

He de decir que alguno de los compañeros del grupo me iba acompañando en algunos tramos, pero lo que les decía era que no se preocuparan, que ya sé cómo va esto y que a mi ritmo iba mejor solo que con la presión de llevar alguien al lado y no poder seguirle. De todas formas, por supuesto que es de agradecer y cuando hay un compañero que va más flojo es lo que hacemos.

Os aseguro que ha sido uno de los momentos que peor lo he pasado en bici. Como dice el refrán, «a perro flaco todo son pulgas» y a la flojera que me entró se unió el aire frío, o puede ser que ese aire frío fuera en realidad el causante del bajón que sufrí. Frío de verdad. Se me quedaban dormidas las manos y los brazos hasta el punto que me costaba cambiar de marchas. A la llegada a Alba todos comentaron que había sido también para ellos uno de los peores ratos encima de una bici por el aire y el frío.

Me quedo con que fue ducharme, comer algo y me había, más o menos, recuperado. De hecho no tenía dolor en los cuádriceps a pesar de lo que se me habían cargado en la última parte del recorrido. Supongo que el fondo que hemos ido cogiendo a lo largo de estos años algo tendrá que ver en esa pronta recuperación de una ‘pájara’, o eso quiero creer.

¡Y tanto que me recuperé bien! Porque el domingo y previendo la semana de trabajo que iba a tener, salí pronto por la mañana a correr y hacer la tirada larga. De nuevo frío y aire, hasta tal punto que salí con braga hasta las orejas, camiseta térmica bajo el cortavientos y guantes que llevé puestos tres cuartas partes de la salida. No creo que muchas veces, contadas con los dedos de una mano, haya salido a correr así, pero os puedo asegurar que hasta casi acabar no me sobró nada.

Y es que esta semana he tenido que variar el día de algunas actividades porque el martes y el viernes vuelven las vacunaciones masivas de la tercera dosis de COVID-19 y de la gripe para mayores de la comarca y eso trastoca todo lo previsto. 

Momento surrealista de la salida. Por un camino oigo un par de tiros, es temporada de caza. A los 300 metros me encuentro tres palomas heridas y 200 metros más allá al único cazador (con escopeta y perro) en los 11 kilómetros y pico de recorrido que hice. Le digo que las he visto por si las quiere coger, que se van a morir en el camino, y me dice que no sabe nada, que a saber quien ha sido. ¡Flipando!

Hoy quiero felicitar dese aquí a Roberto Chamarro y a Francis Tena. Albenses, uno de nacimiento y otra de adopción, que han participado este fin de semana en el Mundial de Duatlón celebrado en Avilés. Enhorabuena, campeones, porque esa participación os la habéis ganado a pulso estos años con vuestro esfuerzo. ¡Que os he visto entrenar con frio y calor!

Buena semana, amig@s.

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