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Otra media para la saca dos años después

‘Lo que da de sí una tirada larga’

Juan Carlos Hernández | 19 octubre, 2021

El sábado había sido un poco liado a cuenta del trabajo en las fiestas y se hizo largo, así que a cenar tarde, ver la tele un poco y a la cama para descansar. Hubo que levantarse antes de lo habitual, desayuno ligero y me tocaba dejar preparada la megafonía para un evento que había por la mañana y así poder ir a correr, cosa que dudé pudiera hacer hasta el día anterior.

A las 9:00 había quedado con Pepi y Marisa para ir a Santa Marta y nos llevó Jesús, el marido de Marisa. A por los dorsales y comenzar a saludar a un montón de conocidos que ya estaban también por allí. ¡Qué alegría ver de nuevo el ambiente de las carreras!

Volvieron los nervios propios de los momentos previos, más en otros que en mí, y después de dejar las cosas en el guardarropa nos fuimos hacia la zona de salida. De nuevo más saludos, fotos para inmortalizar el momento con los compañeros de Alba Running (no conseguí ver a Fabi) y a colocarnos en las marcas de la calzada desde las que debíamos salir. Pistoletazo de salida y a correr. Tardé un poco en encontrar el ritmo, pero después todo bien. El día estaba muy bueno y no nos cayó ni una gota de agua (de sudor, bastantes) como sí lo hizo la noche anterior y también por la tarde ya descansando en casa.

Hay que reconocer que el recorrido es un poco aburrido, esas rectas interminables a la ida y a la vuelta por las que parece que no van pasando los kilómetros. Pero es lo que hay y ya sabíamos a lo que íbamos. En el kilómetro 10 empecé a notar molestias en el cuádriceps derecho y para remate también en los dedos gordos de los pies, y eso que me los había puesto con un poco de gasa y esparadrapo para amortiguar la pisada que tengo y que hace que sufra en esa zona en las tiradas largas.

Pero había que seguir y eso hice, en compañía casi todo el recorrido de Ángel Pérez, el apellido lo he buscado en la clasificación, y que a pesar de estar tomando antibióticos por una intervención en la boca no quiso perderse la carrera. Fuimos pasando los kilómetros y animándonos entre nosotros. A él se le hicieron un poco duros los últimos y bajamos el ritmo para que llegara, pero a falta de algo más de un kilómetro tuvo que bajar todavía más el ritmo y le dije que yo seguía al mío, pero que le esperaría en meta para recibirle. Y así hice, dándole la enhorabuena y esperando que yo a su edad, 64 y recién jubilado, pueda hacer lo que él hace. Todo un campeón.

En la zona de meta lo primero que hice fue beberme la botella de agua y el bote de bebida energética que nos dieron, más otra botella de agua que pedí porque no había bebido en los avituallamientos y tenía bastante sed. Sé que hay que beber en las carreras y más si son largas, pero me he acostumbrado a no hacerlo y de momento me va bien, así que no es cuestión de cambiar lo que funciona. Cosa que no hice con los dedos de los pies, puesto que fue el trozo de gasa el que me hizo las ampollas, tal y como comprobé después, cuando en otras ocasiones me pongo un poco de algodón y listo.

Al pabellón para cambiarme la camiseta sudada, charlar con los compañeros sobre cómo nos había ido y a esperar las clasificaciones, no por mí por supuesto, y el sorteo. Me fijé en que las camillas de masajes estaban prácticamente vacías y una de las chicas me animó a pasar, así que la segunda vez que me dan un masaje después de una carrera y así descargar un poco los cuádriceps.   

Y con las clasificaciones llegaron las sorpresas, Marisa y Pepi, primeras en sus respectivas categorías. Yo estaba seguro de que iban a subir al podio, pero reconozco que primeras fue una grata sorpresa para una prueba de ese tipo, se ve que entrenan bien. Además, a Marisa le tocó un chándal en el sorteo, día redondo. Al llegar a Alba, a recoger la megafonía de la mañana para tener la tarde libre y a casa, ducha, comida y siesta bien merecida.  

No sé si el año que viene me inscribiré a esta carrera. No sé si merece la pena todo el esfuerzo que me toca hacer en plenas fiestas (por el trabajo, no por lo festivo) para ir y, además, pendiente del teléfono todo el recorrido por si suena. En esta ocasión ha sido porque llevaba dos años que no corría una y me apetecía volver a hacer una media maratón.  

Este año ya he participado en el duatlón de Ciudad Rodrigo, el cruce a nado de la bahía de Cádiz, la quedada MTB de Peñaranda y ahora la media maratón de Santa Marta. Creo que de momento he cumplido con la vuelta post pandemia y me voy a dar un descanso competitivo hasta la San Silvestre, siempre y cuando la haya, espero que sí.

Enhorabuena a Polo (Jesús), compañero del club ciclista y de otras aventuras deportivas, que este fin de semana ha estado en Sanabria haciendo una Ultra Trail. Eso sí que son palabras mayores con 5 horas corriendo (y a veces hasta gateando) por las montañas. ¡Mira que te gustan los retos difíciles, Polo!

Buena semana, amig@s.

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